El presidente Gustavo Petro generó controversia al publicar en su cuenta de X (anteriormente Twitter) un mapa de Google Maps que señala una ubicación cercana a la vereda Puerto Barracas, en el municipio de Tibú, Norte de Santander, donde presuntamente opera el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Esta acción ha suscitado diversas interpretaciones y críticas en el ámbito político y social.
La publicación, realizada el pasado domingo, muestra las coordenadas exactas «8.906027-72.98610» y ha sido objeto de debate sobre las posibles motivaciones del mandatario al compartir esta información. Algunos analistas sugieren que podría tratarse de una estrategia para presionar al ELN en el marco de las negociaciones de paz, mientras que otros consideran que podría poner en riesgo operaciones militares en la zona.
El presidente acompañó la imagen con una cita de Simón Bolívar: «El guerrero que apunte su arma contra el pueblo será maldito», dirigiéndose tanto al Ejército Nacional como a los combatientes del ELN. Esta declaración ha sido interpretada como un llamado a ambas partes a cesar acciones que afecten a la población civil.
Sin embargo, la divulgación de información sensible ha generado críticas por parte de líderes políticos y expertos en seguridad. La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila expresó su preocupación, señalando que compartir coordenadas exactas podría comprometer la seguridad nacional y las operaciones militares en curso.

Hasta el momento, el Gobierno no ha emitido una explicación oficial sobre las razones detrás de esta publicación. El Ejército Nacional, de manera extraoficial, indicó que en la zona mencionada se están llevando a cabo operaciones para garantizar la seguridad y el orden público.
Esta situación se produce en medio de una escalada de violencia en la región del Catatumbo, donde se han intensificado los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC, provocando el desplazamiento de miles de personas. La divulgación de información estratégica en este contexto añade complejidad a la ya tensa situación en la zona.
Analistas en seguridad advierten sobre los riesgos de compartir públicamente datos sensibles que podrían ser utilizados por actores armados para anticipar movimientos de las fuerzas militares o para desinformar a la opinión pública. La comunidad internacional y organizaciones defensoras de derechos humanos observan con atención el desarrollo de estos acontecimientos y sus implicaciones para la paz y la seguridad en Colombia.