El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha anunciado que Chicago será la primera ciudad en enfrentar una redada migratoria a gran escala tras la investidura del presidente Donald Trump. Se prevé que entre 100 y 200 agentes participen en la operación, programada para iniciar el martes 21 de enero de 2025.
Tom Homan, designado como «zar de la frontera» por la nueva administración, indicó que estas acciones forman parte de un esfuerzo nacional más amplio para abordar la presencia de aproximadamente 700,000 inmigrantes indocumentados con órdenes de deportación pendientes. Las operaciones también están planificadas en otras ciudades como Nueva York y Miami.
La comunidad latina de Chicago, que constituye una parte significativa de la población de la ciudad, ha manifestado temor y ansiedad ante la inminente redada. Organizaciones locales están intensificando esfuerzos para ofrecer orientación legal y apoyo a los afectados.
La administración Trump sostiene que estas medidas son necesarias para fortalecer la seguridad nacional y garantizar el cumplimiento de las leyes de inmigración. Sin embargo, activistas y defensores de los derechos humanos advierten sobre las posibles repercusiones sociales y económicas de tales acciones, especialmente en comunidades con alta densidad de inmigrantes.
Se espera que las autoridades locales y estatales respondan a estas iniciativas federales, en un contexto donde ciudades como Chicago han adoptado políticas de «ciudad santuario» que limitan la cooperación con las autoridades migratorias. La interacción entre las políticas locales y federales será crucial en el desarrollo de estos operativos y en la protección de los derechos de los residentes.