El presidente Gustavo Petro ha oficializado el nombramiento de Armando Benedetti como nuevo Ministro del Interior de Colombia, tras la publicación de su hoja de vida en el portal oficial de la Presidencia. Esta designación ha generado una ola de reacciones en el ámbito político y social del país.
Benedetti, quien previamente se desempeñó como embajador en Venezuela y jefe de gabinete del presidente Petro, asume este cargo en medio de críticas y cuestionamientos debido a su historial político y personal. Diversos sectores han manifestado su inconformidad, señalando acusaciones previas de violencia de género y corrupción en su contra. La Defensora del Pueblo, Iris Marín, calificó el nombramiento como «inconveniente e irrespetuoso»
La designación de Benedetti ha polarizado a la clase política colombiana. El senador Jota Pe Hernández insinuó que su designación se debería a «sobornos» para evitar que el actual jefe de despacho de la Presidencia revele supuestos secretos del mandatario
Por su parte, la representante Marelen Castillo cuestionó la ausencia de pronunciamientos por parte de colectivos feministas ante este nombramiento
Además, congresistas de Norte de Santander han advertido que la llegada de Benedetti al Ministerio del Interior podría alejarlos del actual Gobierno, reflejando la tensión y división que su nombramiento ha suscitado en diversas regiones del país
Armando Benedetti se convierte en el cuarto ministro del Interior en lo que va del Gobierno de Gustavo Petro
Su principal reto será liderar la aprobación de reformas clave en el Congreso, como la reforma de salud y la laboral, en un contexto donde la coalición de gobierno ha enfrentado dificultades para consolidar mayorías legislativas.
La experiencia política de Benedetti, sumada a su cercanía con el presidente, será determinante para impulsar la agenda gubernamental. Sin embargo, las controversias que rodean su figura podrían complicar su gestión y la relación del Ejecutivo con otros sectores políticos y sociales.
El nombramiento de Armando Benedetti como Ministro del Interior marca un punto crítico en la administración de Gustavo Petro. Mientras algunos confían en su capacidad para articular y ejecutar las reformas propuestas, otros manifiestan reservas y críticas frente a su historial. El tiempo dirá cómo esta decisión influirá en la gobernabilidad y en el futuro político del país.
