Fuentes vinculadas al régimen de Venezuela aseguran que Nicolás Maduro estaría considerando una renuncia planificada al poder bajo condiciones negociadas con Estados Unidos. Según el medio estadounidense The Atlantic, el mandatario propondría su dimisión a cambio de una amnistía para él y sus colaboradores, la retirada de recompensas internacionales en su contra y un exilio seguro para su círculo más cercano.
La propuesta plantearía que Maduro ceda progresivamente el mando y que su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, asuma la presidencia hasta 2031 sin aspirar a un nuevo mandato. Fuentes citadas por la agencia Associated Press precisan que la Casa Blanca rechazó el plan al considerar que no aporta una transición auténtica ni respeta la legitimidad democrática, ya que sigue reconociendo a Maduro como mandatario.
En paralelo a la filtración del plan, el gobierno de EE.UU. mantiene una serie de acciones de presión directa sobre Caracas. Entre ellas figuran ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico y un despliegue naval en el Caribe, en el marco de la estrategia para debilitar al régimen de Venezuela por su implicación, según Washington, en actividades ilícitas.
Voceros oficiales del gobierno venezolano han desestimado la filtración como parte de una campaña de propaganda destinada a desestabilizar la gestión del mandatario. Por su parte, analistas advierten que aunque el plan reflejaría fisuras en el aparato político, su implementación depende del control que Maduro mantenga sobre las fuerzas armadas, el aparato de seguridad y los recursos del Estado.
El contexto legal complica el escenario: la administración estadounidense ya dejó claro en 2024 que no había ofrecido formalmente amnistía a Maduro respecto a los cargos estadounidenses que pesan sobre él relacionados con narcotráfico.
