Por: Federico Senior
La de Bolívar en Bogotá hasta las banderas, no cabía un alma más, favor que le quedamos debiendo al presidente, nos ha mostrado que cuenta con gente, ¿Cuánta?, sin saberse, pero tal vez y como nunca antes habíase visto, se llenó por completo la Plaza capitalina, sabemos que el gobierno patrocina estas jornadas, sabemos que decenas de buses llenos de indígenas son traídos a Bogotá, que los sindicatos, convocan a mucha gente, pero es que lo de hoy ha sido muy significativo, no solo por la cantidad de personas en las plazas, sino porque al parecer todo marchó con tranquilidad, hasta el discurso del presidente, aunque recio con la oposición y haciendo como siempre referencias históricas desde Bolívar hasta Gaitán pasando por Macondo, Gabo, Aureliano y las mariposas amarillas, no fue lo acre que acostumbra, es más hasta poco ponzoñoso estuvo, al parecer, viendo el ágora a reventar, su ánimo provocador, cambió a uno persuasivo, se centró más en hablarle a su gente, a esa masa oprimida a la cual, y a pesar de que en lo que va de su gobierno, no ha cumplido con nada de lo prometido, ese pueblo sigue copiándole, sigue creyéndole, sigue comprometido con su causa, o no cree, o no ve que hasta hoy y, desde el 7 de agosto del 2022, nada ha cambiado, es más, todo ha empeorado, al parecer entonces, el discurso diario, al que nos tiene acostumbrados, ha calado y hondo, esa homilía cotidiana, en la que lo escuchamos o lo leemos justificar su interminable lista de fracasos, inculpando a todo el mundo, a los anteriores gobiernos, a los partidos políticos que se le oponen, a los empresarios, a los gremios, a sus propios partidarios, esos que se han torcido a merced de la fortuna pronta y abundante que proporciona la corrupción, a Tirios y Troyanos, a todo lo que respire, a todos, menos a él, él siempre sale limpio, siempre sus excusas salen victoriosas, él es el salvador, y por luchar por seguir siéndolo, es la víctima del oprobioso poder del capital, de los ricos, de los blancos, que le impiden llevar a cabo su programa de gobierno, su idea de la reivindicación de los derechos y de las conquistas del populacho oprimido.
Como decía al principio, las gracias debemos darlas al presidente, nos ha mostrado que cuenta con apoyo, que su gente lo quiere y secunda, nos mostró hoy, que es capaz de ganar la consulta popular, que es capaz de ganar (en cuerpo ajeno) las próximas elecciones, es una monumental paradoja, pero es la realidad, nunca habíamos estado tan mal como hoy, todo es un desmadre, no vale la pena repetir las razones, todos las sabemos y las sufrimos, este respaldo se constituye entonces, en el más colosal de los peligros, si de perpetuidad en el poder del socialismo siglo XXI, estamos hablando.
Mientras tanto, la oposición sigue fragmentada, con decenas de egos, postulándose como candidatos (el más cínico, el de Enrique Peñalosa, el peor de los Alcaldes que ha tenido Bogotá), todos creyéndose la solución, todos por su lado, uno que otro discurso llamando a la unidad, pero hasta ahí, nadie convoca, nadie propone y mientras tanto el tiempo corre, el régimen se consolida fuerte, como la solución, como la venganza, como el logro de la rebelión que según ellos es necesaria, para conseguir el bien común.
A diario igual, caemos en la trampa de sus cortinas de humo, nos pone a hablar de cosa distinta a la del día anterior, entre tanto, él sigue su marcha, a sabiendas que tan solo con uno de sus pulgares sobre su pequeña pantallita, lleva a la opinión al lugar que el quiere, a ese en donde las discusiones exaltan y enardecen los celos, las rencillas, en pocas palabras, dividen, y lo logra, hasta ahora lo ha logrado, y si lo dejamos, va a conseguir, lo que nunca ha ocultado, permanecer en el poder.
Repito, debemos agradecer al presidente, habernos mostrado que no esta solo, que si puede ganar todas las elecciones que quiera, debemos agradecerle, si su actuar nos despierta, que nos haya hecho caer en cuenta, que es él, el verdadero peligro para nuestro país, siendo lo peor de todo, que los más perjudicados, van a ser los de las clases menos favorecidas, ese pueblo al que tanto acude, al que arenga, y al que si sigue ahí, veremos postrarse en la miseria. Solo volvamos la mirada a nuestro vecino del oriente, hacia la pobre Venezuela.