Por: Federico Senior
En julio de 1956, en el balneario español de Benidorm, Alberto Lleras líder del Partido Liberal y Laureano Gómez del Conservador, firmaron el pacto con el que se daba inicio a lo que se llamó Frente Nacional, consistía básicamente, en que, durante los siguientes cuatro períodos presidenciales, se turnarían la primera magistratura ambos partidos. Así lo hicieron, sin lugar a dudas, fue un gran logro, se detuvo la violencia partidista, que durante décadas había azotado al país, lo cual era el objetivo primordial, cesar esa no declarada, pero cruenta guerra civil. Durante ese período hubo una relativa paz, ensombrecida tal vez por el nacimiento de la ANAPO, partido del general Rojas Pinilla, que estuvo a punto de ganar las elecciones de 1970, pero si nos atenemos en el balance, a sopesar los beneficios con lo malo que pudo haber sucedido, el evidente resultado fue algo muy fructuoso.
¿Será que el actual momento, da para plantearse la necesidad de hacer un pacto similar?, la respuesta corta es si, y sin duda la larga también, aunque es obvio que la situación es diferente, los actores, las causas, los hechos en sí, son muy distintos, pero, el logro conseguido en esa época nos empuja a pensar en que puede ser ésta una solución a la gran dificultad que se esta presentando en la capacidad de la oposición al gobierno, de plantear una opción no tan solo válida, sino con irrefutable fuerza ganadora, para derrotar a la izquierda en las próximas elecciones, tanto de Congreso como presidenciales.
Desde el fin del Frente Nacional en el año 74, hasta hoy, la historia del país ha sido más que conflictiva, guerrilla, narcotráfico, paramilitarismo, corrupción, a pesar de todo ello, la democracia, mal que bien, ha sobrevivido, tan fuerte ha sido su arraigo, que el pueblo eligió por primera vez, un gobernante de izquierda, un ex combatiente guerrillero, ese triunfo se lo debe el actual mandatario a la democracia, a esa que él a todo trance, pretende destruir, a como de lugar, cueste lo que cueste.
El drama, lo vergonzoso, lo repugnante, esta ahí, en ese pedacito, en el que el presidente despliega su arsenal de acciones, sin importar en lo más mínimo, cuan apegadas a la ley estén las mismas, no me extiendo, pero nada más el hecho, de que el Señor Benedetti, sea hoy en día el más importante ministro del gabinete, el cual, con todo el cinismo y sarcasmo del que se es posible, nos muestra su inmenso poder, después de haber “confesado” lo que confesó, lo que en un país serio daría para encarcelarlo, nos indica que las intenciones del presidente son de todo, menos honestas, menos aún pulcras, todo lo contrario, su empeño es la permanencia en el poder como sea, pero no con el pueblo a su lado, como lo pregona a diario, él sabe que eso no es cierto, él sabe que solo uno de cada tres lo apoyan, empero, bien hábil que si es, aplica con notable acierto la táctica de Julio Cesar “divide y vencerás” y, si no hacemos algo, nos vamos a tener que aguantar su nefasta permanencia en la Casa de Nariño, quien sabe por cuanto tiempo, que no nos quepa duda, que eso es lo que él quiere, y su chusma de áulicos.
¿Un nuevo Frente Nacional?, ¿y porque no?, Centro Democrático, Partido Liberal, Partido Conservador, Cambio Radical, se sientan, diseñan el plan, cuatro períodos seguidos, alternándose el poder, equilibrando el gabinete para evitar disputas, con esta alianza se podría pensar en implementar las verdaderas reformas que se necesitan, restablecer el orden público, asumiendo como decisión determinante y por ende convertida en política de estado, la abolición total de los grupos alzados en armas, llámense ELN, FARC, Clan del Golfo, Tren de Aragua o Primera Línea, y pactar una lucha frontal y verdadera contra la corrupción, crear entidades supra estatales que controlen con absoluta independencia la salud y la seguridad, para no arriesgarlas al sometimiento de los caprichos y absurdos como los que vivimos hoy, blindar las cortes ante la aparición de miembros de izquierda en ellas, que amenazan la institucionalidad, aprovechar ese período de década y media, para desligar la economía del cultivo de coca, del narcotráfico, e instituir al país, como un verdadero Estado de derecho, que proteja la libertad personal y la libre empresa ante todo.
Hace setenta años funcionó, como lo veo hoy, podría ser, porque si seguimos presenciando a diario la declaración de cuanto Fulano, Zutano o Perencejo que se creen con posibilidad de por si mismos ganarle a la izquierda, lanzando su candidatura, veremos con suma tristeza y honda preocupación, una seguidilla de gobernantes de la irracional, absurda, incoherente, disparatada y ante todo super mega corrupta izquierda, logrando sus dos únicos objetivos, enriquecerse sin trabajar, robándose el erario y empobrecer al mismo tiempo a toda la población.
Amanecerá y veremos…..