La Iglesia Católica ha escrito hoy una nueva página en su historia con la elección de Robert Francis Prevost, de 69 años, como el Papa León XIV, el primer pontífice nacido en Estados Unidos y con nacionalidad peruana. Su elección se produjo en la cuarta votación del cónclave, celebrado tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril. La tradicional fumata blanca apareció a las 18:07 (hora local de Roma), seguida por el anuncio del cardenal protodiácono Dominique Mamberti desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en 1977 y fue ordenado sacerdote en 1982. Su vocación misionera lo llevó a Perú en 1985, donde desempeñó diversas funciones pastorales y formativas, incluyendo la dirección del seminario agustiniano de Trujillo. En 2014, fue nombrado obispo de Chiclayo, cargo que ocupó hasta su traslado al Vaticano en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Durante su primera aparición como Papa, León XIV expresó su gratitud al Papa Francisco y dirigió un mensaje de paz y unidad a todos los pueblos. En un gesto emotivo, habló en español para saludar a su antigua diócesis de Chiclayo, destacando su cercanía con la comunidad latinoamericana.
La elección de León XIV representa un equilibrio entre la tradición y la renovación. Su experiencia misionera en América Latina y su labor en la curia romana lo posicionan como un líder capaz de tender puentes entre diferentes corrientes dentro de la Iglesia. En su primer discurso, enfatizó la importancia del diálogo, la justicia social y la inclusión, valores que reflejan la continuidad con el legado de su predecesor.
Con su elección, León XIV se convierte en el 267.º Papa de la Iglesia Católica y el segundo procedente del continente americano, después del Papa Francisco. Su pontificado inicia en un momento de desafíos y esperanzas, con la mirada puesta en una Iglesia más cercana a las periferias y comprometida con los valores del Evangelio.