En una emotiva aparición no programada, el Papa Francisco sorprendió a más de 40.000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro al finalizar la misa del Domingo de Ramos, marcando el inicio de la Semana Santa. A pesar de su reciente convalecencia por una neumonía bilateral, el pontífice de 88 años se presentó en silla de ruedas, sin las cánulas de oxígeno que había utilizado en ocasiones anteriores, y saludó a los presentes con un mensaje de esperanza: «¡Feliz Domingo de Ramos y feliz Semana Santa!»
Aunque no presidió la ceremonia litúrgica, que estuvo a cargo del cardenal Leonardo Sandri, el Papa Francisco compartió su homilía a través del cardenal, instando a los fieles a «tender la mano al que ya no puede más» y a convertirse en «cireneos los unos para los otros», en referencia a Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a cargar la cruz.
La aparición del Papa se suma a otras recientes, como su visita a la Basílica de Santa María la Mayor el día anterior para rezar ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani, y su presencia en la misa del Jubileo de los Enfermos el pasado 6 de abril.
Según informes del Vaticano, la salud del Papa continúa mejorando gradualmente. Aunque sigue utilizando oxígeno de alto flujo por las noches y recibiendo terapia motora y respiratoria, su estado general es estable y se encuentra de buen humor.
La inesperada presencia del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro ha sido recibida con entusiasmo por los fieles, quienes lo aclamaron y expresaron su alegría por verlo en mejor estado. Este gesto refuerza su compromiso con la comunidad católica y su deseo de acompañar a los creyentes durante los días más significativos del calendario litúrgico.
La Semana Santa continúa con diversas celebraciones en el Vaticano, mientras el mundo católico se prepara para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
