Por: Armando Estrada Villa
“El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere” Albert Camus en La peste.
Los antioqueños complacidos, alegres y orgullosos celebramos con actos culturales, exposiciones y música los 350 años de su ciudad. Conscientes de su progreso, aprovechamos los servicios y oportunidades que brinda. Empero, existen deficiencias que es indispensable corregir para construir el mejor vividero de Colombia. Para alcanzar este objetivo es necesario que trabajen conjuntamente el sector público, el sector privado, la sociedad civil y la academia con el fin de desarrollar modelos de ciudad que faltan como son la ciudad segura, equitativa, sostenible y competitiva, para así garantizar el derecho a la ciudad de todos y cada uno de sus habitantes.
Ciudad segura es aquella en la cual hay tranquilidad y concordia y se respeta la integridad física y el patrimonio de los residentes, ya que se cumplen condiciones como la cohesión social, el respeto de los derechos fundamentales, económicos, sociales, culturales y colectivos, se ofrecen oportunidades a sus moradores y se reconoce la legitimidad de los organismos del Estado para que puedan garantizar el orden, la paz, la convivencia y la seguridad.
Ciudad equitativa es en la que las personas tienen acceso a vivienda, infraestructura esencial, servicios de salud, zonas verdes y espacios abiertos y a otros servicios básicos; oportunidades de educarse para llevar un modo de vida libremente escogido y para alcanzar su propio desarrollo espiritual, cultural, social y laboral; iguales derechos y obligaciones respecto al uso y conservación de los recursos naturales y culturales; igual participación en la toma de decisiones y el respeto de los derechos humanos.
Ciudad sostenible es aquella que garantiza el desarrollo económico, las oportunidades de empleo y el progreso económico y social con el menor detrimento ambiental posible.
Ciudad competitiva es aquella que con el propósito de atraer nuevas actividades económicas disputa con otras oportunidades de concentrar la innovación y el poder de decisión; ofrece mejores y avanzados servicios, conexiones y comunicaciones; proporciona recursos humanos calificados y presenta un ambiente de paz y convivencia. Avanzar en la competitividad implica fortalecer el equilibrio y la integridad social, favorecer la gobernabilidad y la gobernanza, lograr adecuados niveles de calidad de vida, mejorar equipamiento para aumentar el empleo y pueda aportar la especialización y la innovación tecnológica.
Satisfechas las condiciones de los modelos de ciudad, se llega a la aplicación del derecho a la ciudad que es el de todos los ciudadanos a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar la ciudad, protegiendo la vida, la libertad, la seguridad personal, la igualdad, la dignidad, la no discriminación, la libertad de expresión y la memoria y la identidad cultural, mediante espacios justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos. Derecho que puede entenderse como el establecimiento de garantías de calidad de vida, generalizables a la totalidad de residentes, incluyendo vivienda, empleo, educación, salud, uso de espacios públicos y participación de todos en decisiones y en el desarrollo.
De esta manera, se puede asegurar que los ciudadanos se aprovechan de la ciudad, la viven, la disfrutan, la imaginan y, si es necesario, la transforman. Manos a la obra para que hagamos de Medellín una ciudad mejor de lo que es en la actualidad, que garantice cumplidamente el derecho a la ciudad.














