Por: Guillermo Mejía Mejía
Hoy, 6 de enero de 2.025, estamos a cuatro días de que en Venezuela se produzcan acontecimientos sobre los cuales muy buena parte de la opinión mundial está expectante, por lo menos la que se conoce como la del mundo occidental.
Llama la atención la seguridad con la que en los grandes medios de comunicación de cobertura mundial y en los canales de you tube, se afirma que el fin del régimen de Maduro terminará el 10 de enero. Pero ninguno dice cómo, ni cuándo se producirá ese acontecimiento.
Pero aquí vienen las preguntas que cualquiera persona desprevenida, que no esté a favor o en contra del régimen actual de Venezuela, se puede hacer:
¿Por cuál vía llegará a Venezuela Edmundo González Urrutia, ganador, según las actas electorales conocidas, de las pasadas elecciones presidenciales?
Todos los aeropuertos están bloqueados por las fuerzas armadas y en todo el país se distribuyó la foto de González por quien el gobierno de Maduro ofrece 100.000 dólares. Lo mismo pasa con los puertos y con los puestos fronterizos. Lo demás son trochas.
Algunos creen que arribará en un avión militar de España, Estados Unidos o cualquier otro país, acompañado entre otros personajes por algunos expresidentes como Felipe González de España y Andrés Pastrana de Colombia. Ese es un riesgo grande pues ese avión puede ser interceptado por un sukhoi de la fuerza aérea y obligado a desviarse y salir del espacio aéreo venezolano. Y lo peor: si no atiende la orden puede ser derribado. Hipótesis terrible. Algunos ilusos han creído, inclusive, que llegará a bordo de un portaviones norteamericano que fondeará en el golfo de Maracaibo.
¿Serán capaces las fuerzas armadas de Venezuela de aceptar como su comandante supremo a Edmundo González?
Lo más probable es que dentro de las fuerzas armadas existan sectores inconformes con Maduro, pero de los que se ignora el número y la fuerza que puedan tener dentro de ellas. Los golpes militares que se conocen en Venezuela, que no son pocos, han sido comandados, en general, por oficiales del grado de teniente coronel, entre ellos el mismo Chávez, y en el pasado Marcos Pérez Jiménez. Se conoce que los ascensos a general en ese país están bloqueados porque Vladimir Padrino López ostenta el rango de general en jefe del Ejército Bolivariano hace la bobadita de 10 años y tiene paralizados los ascensos de los oficiales que los esperan. Una salida que han encontrado es ascender de coroneles a generales a un buen número de oficiales, pero sin tropas al mando o sea el solo título. La información que se tiene, de fuentes militares de Estados Unidos, es que en Venezuela existen activos 2.000 generales o sea que su número supera los que tienen todos los países de la Otan juntos.
Por otro lado, existe la Milicia Nacional Bolivariana cuya naturaleza es más bien de tipo político, constituida por reservas militares, empleados públicos y gentes desempleadas de las favelas, principalmente de Caracas, cuyo propósito es defender la revolución bolivariana tanto de enemigos internos como de posibles incursiones externas. Allí es donde los “asesores” cubanos aplican sus conocimientos. El mismo gobierno de Maduro habla de que sus integrantes llegan a cuatro millones.
¿Tienen Edmundo González y María Corina Machado, en estos momentos, la fuerza suficiente para convocar al pueblo a las calles en un número tal que Maduro lo piense dos veces en reprimir estas manifestaciones?
También está por verse y el miedo de la gente es muy difícil de medirlo. Las pasadas manifestaciones han sido reprimidas violentamente, con muertos inclusive, y muchos manifestantes han sido encarcelados, entre ellos menores de edad, y también se conoce de torturas y detenciones arbitrarias en horas de la madrugada cuando la gente está dormida en sus casas. Recuérdese que allí hay asesores cubanos y rusos expertos en ese tipo de tratamiento para el control de la población.
María Corina Machado ha demostrado una gran capacidad de liderazgo, inclusive con su estilizada figura corporal, pero no podemos decir lo mismo de González Urrutia, quien, ya entrado en años, su figura no le ayuda pues no es la de un líder popular estilo Juan Domingo Perón o Fidel Castro, de derecha el uno y de izquierda el otro, que arrebataban multitudes,
Ojalá Venezuela regrese al sistema democrático de elecciones libres para elegir sus mandatarios por periodos fijos y con entrega del poder al vencimiento de estos.
Fidel Castro fue enfático con Daniel Ortega y Hugo Chávez en aconsejarles que, si querían conservar el poder y la revolución comunista, tenían que desconocer el sistema electoral. En su segunda aspiración a la presidencia de Nicaragua, Daniel Ortega creyó que ganaría ampliamente y fue derrotado por doña Violeta Chamorro. En el pacto que hizo Maduro con los norteamericanos, en el gobierno Biden, se comprometió a celebrar elecciones libres y las perdió estruendosamente.
En conclusión, opino, y ojalá esté equivocado, que a Maduro no lo saca nadie del poder con pactos y negociaciones. Su salida solo puede ser por la fuerza de las armas, ya sea las de las propias fuerzas armadas venezolanas, o de una o varias potencias internacionales.