Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Aunque la soberbia de Occidente ha impedido muchas veces, a lo largo de los siglos, que se haga público, cada vez se demuestra más que fueron los chinos quienes inventaron el papel a comienzos del siglo II de la era común y que también se habían ingeniado la imprenta de tipos móviles 400 años antes que Gutenberg. Pero lo que nadie discute es que fueron ellos los inventores de la pólvora en el siglo IX.
Su ingeniosidad y su paciencia les hacen repetir, cada tanto, sus aportes a la humanidad, como por estos días, cuando han demostrado una vez más su habilidad, hasta el punto de tener a los gringos oligarcas en jaque.
Resulta que los chinos de DeepSeek se inventaron una inteligencia artificial que minimiza los precios de los chips y, sobre todo, reduce ostensiblemente el número de ellos que hasta ahora habían usado los gringos. La noticia cayó como una bomba sobre el trío de oligarcas a quienes reunió Trump hace una semana para hablar de aportes multimillonarios y multicostosos a la gran empresa que crearían alrededor de la IA.
Y fue tan estruendosa que desplomó en bolsa hasta el 15 % de la poderosa Nvidia y tiene pasando agua a Google, Meta y Amazon. Pero además, tan dañina resultó que volvió añicos las prohibiciones gringas de venderles a los chinos los chips más avanzados y la obligatoriedad de venderles solamente los menos potentes.
Los chinos, con la misma dignidad y valentía con que inventaron la pólvora, trabajaron sobre lo que les permitieron y construyeron un modelo avanzado de inteligencia artificial sin acceso a la tecnología norteamericana. Lo que es peor para el ansia económica del emperador de Washington: lo hicieron a precios irrisorios.
Obviamente, mientras les pasa el susto, Trump seguirá con sus aranceles, sus sanciones económicas y los arrebatos con sus visas de entrada, creyendo que la mano dura del imperio podrá, con esas herramientas, ganarle la guerra comercial a los chinos y esclavizar a quienes no obedezcan sus ordenamientos oligarcas.