El exnarcotraficante Fabio Ochoa Vásquez, quien fuera uno de los principales integrantes del cartel de Medellín, ha regresado a su ciudad natal tras cumplir una condena de 30 años en Estados Unidos. Su retorno ha generado gran atención, especialmente por su decisión de volver a montar a caballo, una actividad que siempre fue parte esencial de su vida antes de ser extraditado en 2001.
Ochoa fue visto recientemente participando en actividades ecuestres, retomando su papel en este ámbito, donde es recordado por su amor y conocimiento sobre los caballos de paso fino. En imágenes que circularon en redes sociales, se le observa sonriente, montando uno de los ejemplares que, según allegados, habría adquirido tras su retorno. Su familia y amigos cercanos han destacado que está dedicado exclusivamente a su vida privada y a recuperar la tranquilidad que perdió durante su prolongada ausencia.
El regreso de Fabio Ochoa no ha estado exento de polémica. Aunque las autoridades colombianas aseguran que no existen investigaciones vigentes en su contra, su nombre sigue siendo un recordatorio del pasado oscuro de Medellín durante la era del narcotráfico. Sin embargo, Ochoa se ha mantenido alejado de los reflectores mediáticos, limitándose a aparecer en entornos relacionados con su pasión ecuestre.
El exnarcotraficante, que hoy tiene 66 años, parece estar enfocado en rehacer su vida en el anonimato, lejos de los titulares y los conflictos legales. Su regreso a la equitación no solo representa un retorno a sus raíces, sino también un intento por reconstruir su historia personal en una ciudad que ha cambiado significativamente desde su extradición hace más de dos décadas.