Por: Federico Senior
Tampoco lo es, que el gobierno actual tenga un sesenta por ciento de desaprobación y que tal hecho sea la prenda de garantía de su derrota en las próximas elecciones, nada más lejos de la realidad, lo preocupante, es que a pesar, muy a pesar, del desastroso desempeño, de la totalidad de promesas de campaña incumplidas, de la educación de la juventud dejada en total desamparo, de la prestación de salud al borde del colapso, de la inexistencia de obra alguna de relevancia, las que hay, vienen de anteriores administraciones, de la interminable sucesión de escándalos de corrupción cuando era este el prometido gobierno del cambio, el asunto no es ninguna de todas estas situaciones, ni de su sumatoria, el asunto y muy grave es que hoy, el cuarenta por ciento de la población, apoya al actual gobierno.
Eso si que es preocupante, de cada diez habitantes, cuatro piensan que estamos bien, que el proyecto del socialismo siglo XXI debe continuar, que por ahí es la cosa, lo que indica tal pensamiento, el de casi la mitad de la población, no es solo que vean con buenos ojos el desempeño de la actual regencia, sino que muy a pesar de lo que de manera evidente está mal o muy mal, prefieran esto a lo que hubo antes, esta es la reflexión que deben hacerse los partidos tradicionales, en pocas palabras las organizaciones políticas que no contemplen el igualitarismo, deben, tienen la perentoria tarea, de convocarse, reunirse, a planear el futuro, pero no como lo han hecho hasta ahora, y que vemos que los resultados han sido poco menos que catastróficos, cuyos planes contemplaban ante todo el acuerdo para la repartija del erario público, incluida por ende, la repartición de la burocracia, como garantía del éxito del asalto a los presupuestos nacional y regionales, no, lo de hoy es a otro precio, lo que esta en riesgo es el Estado Social de Derecho, lo que esta en trance es la continuidad de la democracia y su insustituible fundamento sobre los tres poderes y su total independencia, es nuestra sociedad como un todo, lo que esta en el borde del cráter, de un volcán que esta a punto de hacer erupción.
El asunto entonces, no es pensar en el 2026 como único objetivo, el asunto no es el cómo poner de acuerdo a la actual oposición para escoger un candidato que funja como el que divida en pedazos y reparta la torta del botín, es eso, lo que debe quedar atrás, es eso lo que tenemos los ciudadanos de bien, que exigirle a nuestra clase política, a los dirigentes empresariales, sindicales, gremiales, que se comprometan a emprender una campaña en la que los actores de la misma, sean los líderes que nos deberán llevar al camino del progreso, de la conservación del bien democrático, renunciando a los intereses particulares, haciendo prevalecer el bien común, el bien de la nación, el bien de la población en general.
Es menester demostrar al electorado, que se ha encontrado el rumbo, que lo de antes ha muerto, que el futuro no es el de la propuesta progresista del actual mandatario, que el futuro solo podrá ser provechoso, si conservamos las libertades, si defendemos la iniciativa privada, y, si logramos sacar del poder a la izquierda, hacer del próximo mandato una ejecución pulcra, proactiva, defensora de los derechos de las personas, y que trabaje para conseguir la consolidación de un proyecto que logre perdurar durante muchos períodos más; sino lo logramos, estamos perdidos.
No podemos desestimar la perversa habilidad de los del poder actual en manipular a la población, a los que les queda fácil convencer, magnificando los errores de las anteriores administraciones, que repito, no fueron lo mejor, y utilizando los ingentes recursos con los que cuentan hoy en día, comprarle la conciencia, no solo a los electores, sino a los hacedores de las leyes, para conseguir la aprobación de las reformas que solo persiguen consolidar su poder y seguir usando como caja menor, los dineros del presupuesto nacional.
Si seguimos divididos los opositores, les estamos allanando el camino a la izquierda, y hasta ahora, no damos muestras de estar caminando hacia un objetivo único, hacia una sola propuesta, lo que hemos visto, es el tirarse al agua de una multiplicidad de personajes, que parecen creer que cada uno tiene la solución y el poder para ellos solos vencer al enemigo, creen por lo que dejan entrever o decir a las claras, que no necesitan aliados, se creen a semejanza del presidente, que son los salvadores, y ahí es en donde vemos muy grave la situación, no hay un líder visible, el ex presidente Uribe intenta convocar, de manera lamentable sobre sus espaldas pesan los juicios y acusaciones que oscurecen esa posible luz al final del túnel, y no se ve a nadie más, no se ve a nadie más, y eso, es terreno abonado para que el oficialismo casi sin ningún esfuerzo, haga lo que se invento Julio César hace mas de dos mil años “divide y vencerás” y así, la aritmética elemental, nos muestra que con ese cuarenta por ciento, serán los ganadores de las próximas elecciones.
No es entonces el asunto del 2026 lo que nos debe poner en acción ante tanta alerta, es concientizarnos que, si seguimos intentando resolver lo del día, y nos olvidamos del futuro, solo vamos a lograr, que en el 2030, regrese la izquierda y se nos encostre en el poder, per omnia secula seculorum.