El 27 de diciembre de 2024, un telescopio en Chile detectó el asteroide 2024 YR4, generando preocupación en la comunidad científica debido a su posible impacto en la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Con un diámetro estimado entre 40 y 100 metros, las probabilidades actuales de colisión se sitúan en torno al 1,3%, según informes recientes.
Clasificado en el nivel 3 de la escala de Turín, este asteroide no representa una amenaza inminente, pero requiere atención y seguimiento continuos. La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) están monitoreando de cerca su trayectoria. La ESA ha señalado que, aunque existe una probabilidad del 1% de impacto, esto implica que hay un 99% de posibilidades de que el asteroide pase de manera segura cerca de la Tierra.
Ante esta situación, se ha activado el Protocolo Global de Defensa Planetaria, respaldado por la ONU, que implica la colaboración de dos grupos internacionales: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG). Estos equipos están encargados de monitorear el asteroide y evaluar posibles respuestas en caso de que la amenaza se intensifique.
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) participa activamente en el seguimiento de 2024 YR4, utilizando el Gran Telescopio Canarias (GTC) para obtener datos precisos sobre su órbita y composición. Los astrónomos Javier Licandro y Julia de León lideran estos esfuerzos, enfatizando la importancia de determinar las características del asteroide para evaluar adecuadamente el riesgo que representa.
Es importante destacar que, aunque la probabilidad de impacto es baja, la comunidad científica continúa recopilando datos para refinar las estimaciones y garantizar la seguridad planetaria. La situación actual no debe generar alarma, pero sí subraya la necesidad de una vigilancia constante y de estar preparados para cualquier eventualidad.