La Orden de San Agustín en Colombia solicitó este miércoles 18 de junio el apoyo en oración de los fieles ante la misteriosa desaparición del sacerdote Carlos Saúl Jaimes Guerrero, reportado como desaparecido desde el mediodía del martes 17 en Viotá, Cundinamarca. Su camioneta fue encontrada encendida y abandonada junto a una quebrada en la vereda La Unión, lo que ha encendido las alertas entre la comunidad religiosa y las autoridades locales.
Según el comunicado de la Orden, se han activado “todos los protocolos pertinentes” y existe coordinación permanente con entidades como la Fiscalía, la Policía y el Gaula, que ya determinó activar el mecanismo de búsqueda urgente con el fin de descartar un posible secuestro. La Conferencia Episcopal de Colombia también confirmó su desaparición, recordando que el sacerdote prestaba atención pastoral en el municipio de Viotá.
La familia religiosa insistió en un llamado a mantener serenidad y evitar especulaciones: “rogamos que, en medio de la preocupación legítima, mantengamos un espíritu de serenidad y prudencia, evitando rumores que no contribuyen a la verdad ni a la esperanza”. Además, confiaron en que “la oración unida tiene poder” para guiarlo de regreso sano y salvo.
El sacerdote Carlos Saúl Jaimes, de 30 años, natural de Labateca y con diez años de vida religiosa, era administrador de la hacienda Casacoima, un centro agrícola y pastoral de Viotá. Su papel en la comunidad era significativo, lo que aumenta la preocupación local y nacional.
La desaparición, de momento sin explicación clara, ha movilizado no solo a la Iglesia sino también a residentes y autoridades municipales. El hallazgo del vehículo en un terreno rural y el silencio sobre su paradero apuntan a una situación que obliga a actuar con rapidez y precisión en las labores de búsqueda.
Ante la gravedad de la situación, la Fiscalía ha instado a la comunidad a aportar cualquier información que ayude a localizarlo, habilitando puntos de contacto con las autoridades. El papel de la ciudadanía, se señala, será determinante para esclarecer lo ocurrido y acelerar su retorno.
La incertidumbre persiste, pero la acción conjunta de la Iglesia, la autoridad civil y la comunidad es un reflejo de compromiso y solidaridad en momentos críticos. El reencuentro seguro con Carlos Saúl Jaimes es la principal demanda de todos, en espera de noticias que den un giro positivo a esta emergencia.
