En una conmovedora reaparición pública, el Papa Francisco participó este domingo 6 de abril en la celebración del Jubileo de los Enfermos, donde se confesó, rezó en la Basílica de San Pedro y cruzó la Puerta Santa antes de bendecir a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Esta significativa acción marcó su regreso a la vida pública tras 38 días de hospitalización por neumonía bilateral.
Una reapertura espiritual tras la enfermedad
Aún convaleciente y asistido por su enfermero personal, el Santo Padre llegó en silla de ruedas al altar principal, acompañado por aplausos y vítores de los presentes. Vestía con sobriedad y llevaba cánulas de oxígeno, una muestra de las secuelas que aún padece tras la dura afección pulmonar que lo tuvo al borde de la muerte en el hospital Policlínico Gemelli de Roma.
Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa «recibió el sacramento de la reconciliación en la Basílica de San Pedro, se reunió en oración y atravesó la Puerta Santa», como signo de unión con los enfermos y los profesionales sanitarios que peregrinaron por el Año Santo.
La misa fue presidida por Mons. Rino Fisichella
Aunque no presidió la Eucaristía, el Papa Francisco estuvo presente durante gran parte de la Misa, que fue celebrada por Mons. Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización. Esta liturgia concluyó el Jubileo de los Enfermos, uno de los eventos especiales programados en el contexto del Año Santo.
Al final de la celebración, y con visible dificultad, el Santo Padre se dirigió brevemente a los fieles:
“¡Feliz domingo, gracias a todos!”, pronunció con voz apagada pero firme, levantando la mano en señal de bendición.
Un gesto de fortaleza y esperanza
La reaparición del Papa ha sido interpretada como un gesto de fortaleza espiritual y cercanía hacia quienes sufren, en especial hacia los enfermos y sus cuidadores. Su presencia, aunque breve, fue profundamente significativa para los cientos de peregrinos presentes que no ocultaron su emoción al verlo.
La Santa Sede aún no ha confirmado si el Papa Francisco participará en los ritos de la Semana Santa, señalando que «todavía es prematuro hablar de ello», pero adelantó que se dará información oficial en los próximos días.
Una recuperación en curso
El Pontífice recibió el alta médica el pasado 23 de marzo, después de permanecer casi cuarenta días hospitalizado. Según el equipo médico del Vaticano, aunque la neumonía está remitiendo, persisten síntomas como pérdida de voz y dificultad respiratoria, que requieren atención continua.
Su reaparición, sin embargo, da esperanza a millones de católicos que han estado pendientes de su salud y representa un nuevo capítulo en su pontificado: uno marcado por la vulnerabilidad, la fe, y la cercanía con quienes más sufren.