El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, respalda la tregua en Gaza como un “alto el fuego temporal” en el marco de un acuerdo que permitirá la liberación inicial de 33 rehenes a cambio de 1.900 prisioneros palestinos.
Netanyahu, en un videomensaje de 10 minutos, destacó que Trump “acogió con satisfacción el acuerdo” y subrayó su carácter provisional. “El presidente Trump se unió a la misión de liberar a los rehenes y señaló acertadamente que esta es solo la primera etapa del acuerdo. Si las negociaciones no avanzan, Israel está preparado para reanudar los combates con gran fuerza”, declaró.
El alto el fuego, que inicia este domingo a las 6:30 GMT, tendrá una duración inicial de 42 días, durante los cuales se realizarán intercambios graduales de prisioneros. Netanyahu enfatizó que Estados Unidos, incluido el actual presidente Joe Biden, apoya el derecho de Israel a retomar las hostilidades si la segunda fase del acuerdo no logra resultados.
La tregua ha generado tensiones dentro de la coalición gobernante en Israel. El partido ultraderechista Sionismo Religioso, pieza clave en el Ejecutivo, expresó su descontento, mientras que Poder Judío, liderado por Itamar Ben Gvir, anunció que retirará su apoyo hasta que se reanuden las acciones militares.
Netanyahu intentó apaciguar a sus socios políticos reiterando que el acuerdo busca recuperar a los rehenes y no compromete las acciones militares futuras. Sin embargo, los mediadores internacionales y Hamás recalcan que la tregua está diseñada para abrir el camino a la paz y la retirada de tropas israelíes.
Mientras la primera etapa se enfoca en el intercambio de rehenes, la segunda buscaría la liberación total de secuestrados, la reconstrucción de Gaza y el establecimiento de una administración palestina en el enclave. Hasta el momento, Netanyahu ha evitado pronunciarse sobre estos aspectos, centrándose exclusivamente en la recuperación de los ciudadanos israelíes.
Este acuerdo llega en un contexto de alta tensión internacional, donde las decisiones de Netanyahu y Trump podrían definir el futuro del conflicto en Medio Oriente y las relaciones entre ambos países.