Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Hoy, a las 8 de la noche, comienza el ciclo anual de las procesiones de Semana Santa en Popayán. La de esta noche, conocida como la del Lunes Santo, hizo parte de las tradiciones más antiguas de esa ciudad desde el siglo XVI, cuando la hidalguía española, refugiada en el Valle de Pubenza, forjó la capitanía moral, económica y política del suroccidente hasta bien allende el círculo de Quito.
Empero, por alguna razón no dilucidada a plenitud, esa procesión se suspendió a finales del siglo XIX. Sin embargo, luego de que la Unesco proclamara como patrimonio inmaterial de la humanidad el conjunto procesional, el arquitecto Luis Eduardo Ayerbe, con el temple que lo ha caracterizado a lo largo de su ya extendida vida y su eterna fidelidad a las formas caducas de Popayán, revivió burocráticamente la Junta Procesional del Lunes Santo y arrancó a organizarla.
Con generosidad ilimitada, con entusiasmo contagiante, lo vimos enfrentar dificultades, salvar envidias patojas y esquivar torpes prohibiciones arzobispales, hasta sacar avante su idea. Para independizarla de la dictadura anacrónica de la Junta Central, Ayerbe le introdujo la participación de comunidades populares y afrodescendientes, y en el 2017 hizo realidad su sueño.
Esta noche volverá a salir. Cargueros, sahumadoras, barrenderos y alumbrantes ya han dicho presente ante el síndico de la procesión, y con la misma disciplina inentendible con que el maestro Valencia logró ser el poeta nacional y las empanadas de pipián caracterizan la gastronomía popayaneja, desfilarán orgullosos esta noche.
Si mis achaques octogenarios no me lo impidieran, yo debería estar hoy viendo desfilar la emocionante procesión, bien llamada “del pueblo”, y encabezar los aplausos fervientes en el momento en que desfile la Junta Organizadora de la procesión, vestidos de frac y encabezados por el arquitecto Ayerbe, significándoles con esas palmas la gratitud de Popayán con tan enhiesto baluarte de la tradición.
Nos encontramos de nuevo el lunes 21 de abril. Descansemos estos días.