La inesperada y trágica muerte de Diogo Jota, delantero de 28 años del Liverpool y la selección de Portugal, ha provocado una ola de conmoción y homenajes en el mundo del deporte. El accidente ocurrió en la madrugada del 3 de julio en la autovía A‑52 cerca de Zamora (España), cuando la camioneta Lamborghini en la que viajaban Jota y su hermano André sufrió un reventón de neumático, se salió de la vía y se incendió, causándoles la muerte instantánea.
La noticia, recibida con profunda tristeza, fue acompañada por los primeros mensajes públicos de figuras relevantes. Cristiano Ronaldo, capitán de la selección portuguesa, quien compartía reciente la celebración de la UEFA Nations League con Jota, expresó en X su incredulidad y envío sus condolencias: “No tiene sentido. Estábamos juntos en la selección nacional y tú acababas de casarte. A tu familia, a tu esposa y a tus hijos, les envío mis condolencias y les deseo toda la fuerza del mundo”.
Por su parte, el técnico Jürgen Klopp, pieza clave en la carrera de Jota, manifestó su dolor en redes: “¡Este es un momento difícil! ¡Debe haber un propósito mayor! ¡Pero no lo veo! Me rompe el corazón. Diogo no solo era un jugador fantástico, sino también un gran amigo, un esposo y padre cariñoso y atento”. Liverpool FC, con luto institucional, afirmó estar “devastado por la trágica muerte” del jugador.
La conmoción traspasó fronteras: Bayern Múnich, Real Madrid y selecciones como Colombia, en solidaridad especialmente con Luis Díaz—amigo y compañero de tribuna con Jota—expresaron su pesar. La UEFA y otros organismos deportivos decretaron minutos de silencio, incluyendo en la Eurocopa femenina.
Más allá de los homenajes, el legado deportivo de Jota destaca. En cinco temporadas con el Liverpool disputó 182 partidos, anotó 65 goles y fue pieza central en la conquista de la Premier League 2024‑25, dos EFL Cups y una FA Cup. En la selección portuguesa, alcanzó casi 50 partidos y fue protagonista en dos triunfos en la Nations League. Su trayectoria, marcada por la entrega, versatilidad táctica y ausencia de controversias, lo consolidó como modelo para colegas y aficionados.
A nivel personal, la tragedia acentúa la pérdida: hace apenas once días, Jota se había casado con Rute Cardoso y era padre de tres hijos. Rute compartió un vídeo de la boda acompañada del mensaje “Un día que nunca olvidaremos”, ahora convertido en un conmovedor testimonio de amor y memoria.
El mundo del fútbol lamenta la partida de un futbolista que, con humildad y profesionalismo, dejó una huella imborrable. Su carisma, ética de trabajo y carácter humilde generaron adhesión inmediata en cada club y vestuario que lo acogió. Hoy, su legado trasciende las cifras y títulos: lo recordarán como un compañero leal, un padre devoto y un ejemplo de integridad en el deporte.