El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, ícono de la izquierda latinoamericana, ha revelado en una reciente entrevista que su cáncer de esófago, diagnosticado hace algunos meses, se ha extendido a su hígado. A los 89 años, el líder político aseguró que no se someterá a más tratamientos médicos, aceptando el curso natural de su enfermedad.
En declaraciones al semanario Búsqueda, Mujica expresó con serenidad y firmeza su decisión de enfrentar el final de su vida sin intervenciones médicas adicionales.
«El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta», explicó el exmandatario.
Con su característico pragmatismo, Mujica añadió: “Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo. Estoy condenado, hermano. ¡Hasta acá llegué!”.
Conocido por su humildad y vida austera, Mujica también reflexionó sobre su legado político y su deseo de despedirse en paz de sus compatriotas. En los últimos meses, el exguerrillero tupamaro y expresidente (2010-2015) ha aparecido en varios eventos y entrevistas, describiendo estos momentos como su despedida.
«Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. La democracia se fundamenta en el respeto a quienes piensan distinto. Por eso, les doy un abrazo a todos, a los que me apoyaron y a los que no», expresó Mujica.
Además, pidió que lo dejen vivir sus últimos días en tranquilidad: “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”.
Mujica, quien pasó 13 años en prisión bajo condiciones infrahumanas durante la dictadura militar de Uruguay (1973-1985), se ha ganado el respeto internacional por su liderazgo sencillo y cercano. Su vida y filosofía han inspirado a generaciones, siendo recordado por su defensa de la igualdad, la democracia y su conexión con los sectores más vulnerables.
En noviembre pasado, celebró la victoria de Yamandú Orsi, del Frente Amplio, en las elecciones presidenciales de Uruguay. Sin embargo, dejó claro que ya no tiene injerencia directa en el Movimiento de Participación Popular (MPP): “Tengo mis simpatías y cuando puedo dar una manito la doy. Pero no soy un viejo consultor que me tienen que pedir permiso”.
El anuncio de Mujica, aunque conmovedor, refleja su carácter combativo y su aceptación de la vida con todas sus adversidades. Su despedida no solo es un momento para Uruguay, sino también para América Latina, que pierde una de sus figuras políticas más emblemáticas. “El guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo, marcando el cierre de un ciclo lleno de luchas, aprendizajes y un legado que perdurará en la memoria colectiva.