Los partidos Centro Democrático y Cambio Radical confirmaron en las últimas horas la decisión de sellar una coalición con miras a las elecciones presidenciales de 2026. El anuncio, que marca un nuevo capítulo en la política colombiana, se oficializará en la cumbre opositora programada para el 15 de octubre en Bogotá, donde ambos sectores definirán los lineamientos estratégicos de la alianza.
La unión de estas colectividades busca consolidar una fuerza de oposición cohesionada frente al Gobierno de Gustavo Petro, tanto en el Congreso como en el escenario electoral. De acuerdo con fuentes consultadas, la agenda de la cumbre contempla la elaboración de una hoja de ruta común que permita coordinar acciones legislativas, especialmente frente a reformas consideradas inconvenientes por los opositores, y la posibilidad de actuar como una sola bancada en el Parlamento. Esta estrategia apunta a superar la fragmentación que históricamente ha debilitado a la derecha y centro derecha en el país.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez, líder del Centro Democrático, y Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical, serán las figuras centrales del encuentro. Aunque en el pasado sus caminos políticos estuvieron marcados por rivalidades, en esta ocasión ambos coinciden en la necesidad de trabajar juntos para construir una propuesta electoral sólida que logre competir con fuerza en las presidenciales. La convocatoria incluirá a dirigentes, congresistas y precandidatos de ambas colectividades, con el propósito de dar legitimidad a los acuerdos que se adopten.
Uno de los puntos clave que se discutirá será el mecanismo para definir un candidato único que represente la coalición en 2026. Entre las opciones que se barajan están la realización de una consulta interpartidista, encuestas de opinión o un consenso entre las dirigencias. Este aspecto será determinante, pues el éxito de la alianza dependerá de que logre evitar la dispersión del voto y presentar un rostro unificado ante la ciudadanía.
La confirmación de la fecha para el 15 de octubre se produjo después de que inicialmente se manejara la posibilidad de realizar la cumbre en septiembre. El aplazamiento responde a ajustes logísticos y a la necesidad de ultimar detalles en la redacción de un documento conjunto que recoja los compromisos de las dos fuerzas políticas. Dicho texto incluirá, además de la estrategia legislativa, la posición de la coalición frente a las principales iniciativas del Ejecutivo y los mecanismos de coordinación interna.
El panorama político que se abre con esta coalición plantea retos considerables. Además de definir el candidato presidencial, será necesario armonizar los programas de cada partido y superar las resistencias internas que podrían surgir entre quienes no comparten la idea de una alianza tan estrecha. Sin embargo, de concretarse, la unión entre Uribe y Vargas Lleras representaría un reacomodo significativo en el tablero político nacional, al ofrecer una alternativa unificada que podría disputar con mayor fortaleza el poder en 2026.