Este martes 28 de enero, arribaron al aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, dos aviones de la Fuerza Aérea Colombiana con 201 ciudadanos deportados desde Estados Unidos. Entre ellos se encuentran 26 menores de edad, situación que ha generado inquietud entre las autoridades colombianas.
Astrid Cáceres, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), expresó su preocupación por las condiciones de vulnerabilidad que podrían enfrentar estos niños, niñas y adolescentes tras su retorno al país. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Cáceres informó que los equipos del ICBF están preparados para recibir a los menores y brindarles la atención necesaria.
Los migrantes fueron trasladados desde las ciudades de San Diego, California, y Houston, Texas. A su llegada, algunos deportados denunciaron haber sido objeto de tratos «despóticos y humillantes» por parte de las autoridades estadounidenses durante el proceso de deportación.
El presidente Gustavo Petro aseguró que los connacionales fueron recibidos en condiciones dignas y enfatizó que no se trata de criminales. El Gobierno colombiano, a través de entidades como el ICBF, está coordinando esfuerzos para garantizar la protección y el bienestar de los menores deportados, brindándoles el apoyo necesario para su reintegración en el país.