Petro rompe el silencio y justifica su desaparición: “Fue una medida de autoprotección”

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El presidente Gustavo Petro respondió a las críticas por su ausencia de actos públicos y redes sociales, señalando que se trató de una estrategia de seguridad. La explicación reavivó el debate sobre la transparencia y la salud del jefe de Estado.

Durante casi 60 horas, el presidente Gustavo Petro estuvo fuera del radar público. No asistió a eventos oficiales, ni publicó mensajes en su activa cuenta de X —antes Twitter—, una red donde suele interactuar con frecuencia diaria sobre temas nacionales e internacionales. Su silencio encendió las alarmas y dio pie a múltiples especulaciones sobre su paradero y estado de salud.

La incertidumbre fue tal que algunos sectores políticos calificaron su ausencia como un “acto de irresponsabilidad institucional”, mientras que en redes sociales comenzaron a circular teorías de todo tipo, desde crisis de salud hasta conflictos internos en el Gobierno. La Casa de Nariño, por su parte, optó por el silencio, lo que alimentó aún más la polémica.

Este domingo, sin embargo, el propio Petro reapareció digitalmente y rompió el silencio a través de un mensaje publicado en su cuenta oficial, en el que aseguró que su desaparición fue intencional y responde a una “medida de autoprotección”.

«Una búsqueda irracional de los minutos que respiro o no respiro. Silenciarse digitalmente es una medida de autoprotección. Se pierde uno de los asesinos. No es paranoia, es prevención», escribió Petro.

El presidente calificó las reacciones a su desaparición como un “ataque de celos” y aseguró que este tipo de estrategias son parte de sus métodos personales de defensa, desarrollados a lo largo de su trayectoria política.

«Llevo muchas décadas defendiendo mi vida con éxito, mis métodos sirven y no son contables. Aprendizajes del pasado», agregó en su publicación.

Petro también recordó que durante su participación en la COP16 en Cali, recibió información sobre un presunto intento de ataque en su contra, lo que habría motivado la reactivación de estos métodos de autoprotección. “Simplemente utilicé cosas del pasado para eludir el ataque, y las usé, ese día, con éxito”, señaló.

La explicación del mandatario no ha calmado del todo las inquietudes. Analistas políticos y voces de la oposición han planteado interrogantes sobre el impacto que este tipo de desapariciones puede tener en la gobernabilidad y en la confianza institucional.

En especial, preocupa que la falta de comunicación oficial por parte de la Casa de Nariño se convierta en una constante que complique aún más el panorama político. “Un presidente tiene derecho a protegerse, pero también debe comunicarlo oportunamente. El silencio institucional solo alimenta la incertidumbre”, señaló un analista consultado por medios nacionales.

Además, la frase “se pierde uno de los asesinos” generó reacciones encontradas. Algunos interpretaron el mensaje como una advertencia sobre amenazas reales y latentes, mientras que otros consideran que es un recurso dramático para justificar un aislamiento que aún no tiene respaldo institucional documentado.

Por ahora, el mandatario ha vuelto a la actividad en redes, pero su ausencia prolongada ha dejado una serie de cuestionamientos abiertos sobre la transparencia en la comunicación presidencial, la estructura de seguridad que lo rodea, y la manera como el Gobierno maneja las crisis internas.

Mientras tanto, sectores de oposición piden al Congreso y a organismos de control que se investigue si existe algún protocolo que regule este tipo de desapariciones sin justificación oficial inmediata, sobre todo cuando se trata del jefe de Estado.

La ciudadanía, por su parte, sigue dividida: para unos, Petro es un líder bajo ataque que actúa con inteligencia para preservar su vida; para otros, es un presidente errático que responde con evasivas cuando las críticas arrecian.

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