Papa León XIV pide “no acostumbrarse a la guerra” y urge a líderes mundiales a reconstruir la paz

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El Papa León XIV lanzó este domingo un contundente mensaje a la comunidad internacional al advertir que el mundo “no puede acostumbrarse a la guerra y la destrucción”, en un escenario global donde persisten conflictos armados, discriminación religiosa y crisis humanitarias. El llamado se produjo tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, donde miles de fieles se congregaron para escuchar al Pontífice.

Durante su intervención, León XIV vinculó directamente la paz con la justicia, afirmando que “no habrá paz sin justicia” y exhortando a los líderes mundiales a trabajar de manera decidida para atender las causas profundas de la violencia. Según el Papa, la desigualdad, la exclusión y las persecuciones continúan alimentando tensiones que desbordan fronteras. Señaló como ejemplos recientes los ataques en África, Ucrania y Perú, recordando que “las heridas del mundo son diferentes, pero el dolor es uno solo”.

El Pontífice también denunció la persistente discriminación religiosa que afecta a comunidades vulnerables en regiones como Bangladesh, Nigeria, Mozambique y Sudán, donde los ataques contra lugares de culto siguen evidenciando la fragilidad de la convivencia pacífica. León XIV advirtió que no se puede normalizar la persecución y pidió a los gobiernos garantizar la protección de todos los creyentes. “Dios desea la paz entre todos sus hijos”, insistió.

Minutos antes de la celebración litúrgica principal, el Papa recorrió la Plaza de San Pedro para saludar a los fieles que llegaron desde distintos países. Más tarde, presidió una misa dedicada al Día Mundial de los Pobres, marcada por un fuerte énfasis en la dignidad y el acompañamiento de quienes viven situaciones extremas de necesidad.

Como parte central de la jornada, León XIV recibió a 1.300 personas en el Aula Pablo VI para compartir un almuerzo fraterno. El ambiente, cargado de cercanía y sencillez, reunió a familias vulnerables, migrantes, adultos mayores y voluntarios. “Con gran alegría nos reunimos esta tarde para almorzar en la Jornada de los Pobres, que tanto deseaba nuestro amado predecesor, el Papa Francisco. Un fuerte aplauso para el Papa Francisco”, expresó el Pontífice, provocando una cálida ovación.

Durante el encuentro, el Papa destacó que la pobreza no es solo un indicador económico, sino una realidad humana que interpela. Señaló que la indiferencia social profundiza las heridas y llamó a transformar la solidaridad en un compromiso cotidiano. “La Jornada de los Pobres no es un gesto simbólico: es mirar a los ojos a quien sufre”, afirmó.

León XIV recordó que la paz verdadera requiere justicia, cercanía a los excluidos y estructuras sociales que no reproduzcan desigualdad. Insistió en que la guerra no puede convertirse en un paisaje permanente ni en un destino inevitable. “No resignarnos al predominio de las armas es un deber moral y humano”, subrayó.

El almuerzo concluyó con música y diálogo entre los asistentes, en un ambiente de fraternidad que representó para el pontífice la “mesa común donde nadie sobra”. Con su mensaje dominical, León XIV reforzó la línea pastoral que pone a los pobres en el centro y llama al mundo a unir esfuerzos para reconstruir la paz sobre fundamentos de justicia, dignidad e inclusión.

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