Este lunes 20 de enero, Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos, tras vencer a la demócrata Kamala Harris en las elecciones de noviembre de 2024. Su regreso al poder genera un impacto global, y Colombia no es la excepción.
El presidente Gustavo Petro, quien tiene cerca de un año y medio en su mandato, enfrenta retos significativos para mantener los históricos lazos entre ambos países. Durante años, esta relación ha beneficiado a Colombia en áreas clave como el comercio, el turismo y la cooperación económica. Sin embargo, los recientes comentarios de Petro en su cuenta de X (antes Twitter) han encendido el debate.
“Cuestiono que a la posesión de Trump vaya solo la extrema derecha, invitada por él, o como en el caso colombiano, por su partido, incluso la extrema derecha manchada con las masacres. No quieren hablar con la diversidad y, por tanto, quieren imponer”, escribió el mandatario.
El Gobierno Petro deberá sortear posibles tensiones en varios frentes:
- Cooperación económica: Colombia ha sido el mayor receptor de recursos estadounidenses en América Latina, con un promedio de 600 millones de dólares anuales destinados a seguridad y desarrollo. Un deterioro en las relaciones podría tener consecuencias irreparables.
- Política de paz total: La postura de Petro hacia los grupos armados al margen de la ley sigue generando controversia. Este enfoque podría ser objeto de críticas desde la administración Trump, especialmente en lo relacionado con la lucha contra el narcotráfico. Según la ONU, los cultivos de coca en Colombia aumentaron un 10% entre 2022 y 2023, alcanzando las 253.000 hectáreas, mientras la producción potencial de cocaína subió a 2.664 toneladas.
- Migración: La selva del Darién, uno de los principales corredores de migrantes en la región, podría convertirse en un punto de fricción. Trump ha prometido reforzar las políticas contra la migración ilegal, lo que podría afectar a Colombia como país de tránsito.
El regreso de Trump, apodado por algunos como el “huracán Trump”, promete remover el escenario político y económico global. En este contexto, Colombia deberá ajustar su estrategia diplomática para preservar sus intereses en medio de posibles cambios en la relación con el gigante norteamericano.