En Cambio Radical ha comenzado a diluirse la certeza de que Germán Vargas Lleras será el candidato presidencial en 2026. Según fuentes partidistas, persisten dudas respecto a su salud y al exigente ritmo que demanda una campaña nacional. Ante ese escenario, el partido estudia alternativas sólidas que permitan garantizar visibilidad y competitividad en la contienda.
La figura que toma fuerza como plan B es el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, quien ya fue fórmula vicepresidencial de Vargas Lleras en 2018, cuando ambos obtuvieron alrededor de 1 412 000 votos. Pinzón viene recorriendo el país con un discurso centrado en seguridad, economía y justicia, aunque hasta la fecha aún no se ha declarado candidato formal, no ha iniciado recolección de firmas ni se ha inscrito en partido alguno.

Otra alternativa en consideración es el exsenador David Luna, quien el año pasado renunció tanto al Senado como a Cambio Radical con el fin de lanzar su propia candidatura mediante firmas. Aunque se apartó oficialmente del partido, se considera que algunos congresistas de Cambio Radical podrían brindarle respaldo si Vargas Lleras decide no aspirar.
Independientemente del candidato que finalmente emergiera, Cambio Radical tiene previsto adherirse a la consulta interpartidista convocada para marzo de 2026, mecanismo mediante el cual sectores de derecha y centro‑derecha se unirán para escoger un aspirante único que acuda fortalecido a la primera vuelta presidencial. Aunque Vargas Lleras aún no ha descartado del todo su participación, su afirmación de que “no lo sé, aún no he tomado la decisión” subraya la ambigüedad sobre su futuro político.
El reloj electoral ya empezó a correr y Cambio Radical deberá definir pronto su hoja de ruta. ¿Será Juan Carlos Pinzón quien asuma la batuta? ¿David Luna podría ser la apuesta de renovación? ¿O Germán Vargas Lleras reconsiderará su candidatura? La definición resultará crucial para articular la estrategia opositora contra la candidatura oficialista, en una contienda que, para muchos, será determinante en el equilibrio político nacional.