Vicky Dávila contestó a mensaje de Gustavo Petro defendiendo a Verónica Alcocer: “No creo que alguien pueda sentir envidia”

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La precandidata presidencial Vicky Dávila respondió con firmeza al mensaje del presidente Gustavo Petro, quien acusó a sectores críticos de sentir “envidia” por la vida de Verónica Alcocer. Dávila, una de las figuras emergentes del escenario electoral, aseguró que el país no experimenta envidia, sino “indignación” frente a los señalamientos que involucran a la primera dama en decisiones y episodios aún sin aclarar.

La periodista, hoy aspirante a la Presidencia, recordó la denuncia del fallecido general Ricardo Díaz, quien afirmó que durante su paso por el Ministerio de Defensa fue presionado para avalar la compra de tres helicópteros, un proceso en el que habría surgido —según su testimonio— el nombre de Alcocer. Para Dávila, este episodio continúa siendo un punto crítico que exige transparencia y respuestas públicas.

La precandidata también señaló los cuestionamientos relacionados con asesores catalanes cercanos a la primera dama y volvió a interpelar directamente al presidente al preguntar “¿de qué vive Verónica Alcocer en Suecia, si no trabaja desde hace años?”, en referencia a los reportes sobre su estancia en Estocolmo, rodeada de círculos sociales de alto nivel.

En su mensaje, Petro defendió a su esposa asegurando que no usa recursos públicos y que los ataques en su contra buscan afectar su proyecto político. Sin embargo, para Dávila, estas afirmaciones no responden a las dudas planteadas por la opinión pública ni a lo dicho por personas cercanas al propio Gobierno, incluyendo el testimonio de Nicolás Petro, citado por la precandidata, quien vinculó a Alcocer con “burocracia, contratos y coimas”.

Como aspirante presidencial, Dávila ha reforzado en esta controversia su postura de campaña basada en la exigencia de transparencia y control político. Su respuesta no solo confronta directamente al jefe de Estado, sino que también posiciona su discurso frente a un electorado que busca explicaciones sobre el rol y la influencia del entorno familiar del presidente.

Este nuevo cruce entre la precandidata y el mandatario marca un capítulo más en la escalada de tensiones que rodea el inicio del ciclo electoral. Para Dávila, la discusión no es personal, sino parte del debate fundamental sobre ética pública, acceso a poder e integridad institucional, asuntos que —según ella— definirán el rumbo político del país en 2026.

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