La red social X, propiedad de Elon Musk, ha emprendido una amplia limpieza digital que eliminó 1,7 millones de cuentas clasificadas como spam. La medida, anunciada por la directora de producto Nikita Bier, busca frenar la saturación de publicaciones automatizadas que distorsionan las conversaciones dentro de la plataforma.
“Esta semana eliminamos 1,7 millones de bots que realizaban spam en respuestas”, explicó Bier el pasado 12 de octubre, señalando que los usuarios deberían “notar mejoras en los próximos días”. Además, adelantó que el siguiente paso será combatir el envío masivo de mensajes directos automatizados, un problema que también ha afectado la experiencia de millones de usuarios.
La red social identificó como spam las publicaciones repetitivas, los enlaces engañosos, las promociones masivas y las cuentas que manipulan artificialmente el alcance de los contenidos mediante automatización. Asimismo, se consideraron infracciones las prácticas como el “follow churn” (seguir y luego dejar de seguir masivamente para inflar cifras de seguidores), la compra o venta de cuentas y el uso de herramientas automáticas para generar interacciones falsas.
Aunque la medida ha sido bien recibida por quienes valoran un entorno digital más limpio y real, ha generado preocupación por su alcance, ya que la depuración empezó a reflejarse con fuerza en noviembre, afectando incluso a cuentas verificadas, oficiales y de figuras políticas reconocidas en Colombia.
Entre los posibles afectados se encuentran el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe Vélez, así como precandidatos presidenciales y líderes de opinión que han visto fluctuaciones en sus números de seguidores y métricas de interacción. En algunos casos, las caídas abruptas de seguidores superan varios miles, lo que ha abierto el debate sobre si el algoritmo de detección de bots pudo eliminar cuentas legítimas por error o por su relación con usuarios automatizados.
El ajuste hace parte del intento de la compañía por garantizar que la participación provenga de usuarios reales, fortaleciendo la autenticidad de las interacciones y reduciendo el impacto de redes de automatización política o comercial. No obstante, la magnitud del proceso —que podría superar los 17 millones de cuentas afectadas en total según medios internacionales como Semana— ha puesto en evidencia la necesidad de mayor transparencia en los criterios de eliminación y la posibilidad de establecer mecanismos de apelación para cuentas legítimas que hayan sido removidas por error.














