La Arquidiócesis de Popayán se consagró campeona de la décima edición de la Copa de la Fe, luego de superar a la Arquidiócesis de Guadalajara (México) en una final cargada de emoción. El compromiso terminó 1-1 en el tiempo reglamentario y se definió en la tanda de penaltis, donde el equipo colombiano se impuso 3-2 en el Estadio Centenario de Armenia, Quindío.
El certamen, que tuvo lugar entre el 8 y el 12 de septiembre, reunió a 619 sacerdotes de Colombia, México, Ecuador y Venezuela, convirtiéndose en uno de los encuentros deportivos y pastorales más significativos de la Iglesia en Latinoamérica. El torneo no solo fue un escenario competitivo, sino también una manifestación de fraternidad, espiritualidad y misión evangelizadora.
Durante la final, Guadalajara abrió el marcador en la primera parte, pero Popayán logró la igualdad en el segundo tiempo. La definición por penales estuvo marcada por la destacada actuación del arquero caucano, quien detuvo varios cobros y selló la victoria al anotar uno de los tiros decisivos. Con este triunfo, la Arquidiócesis de Popayán inscribió su nombre en la historia del campeonato, consolidando el protagonismo de Colombia en el torneo.
En las demás categorías, la Diócesis de Garzón se quedó con la Copa de Plata, tras imponerse 1-0 a la representación de Bucaramanga/Málaga Redentoristas, mientras que la Arquidiócesis de Medellín levantó la Copa de Bronce luego de golear 3-0 a la Diócesis de Valledupar. Estos resultados reflejan la intensidad de la competencia y el nivel de los equipos participantes.
La inauguración de la Copa estuvo marcada por un desfile en la Plaza de Bolívar de Armenia, donde desfilaron 28 equipos sacerdotales. Posteriormente, los partidos se desarrollaron en distintos escenarios deportivos del Quindío, incluyendo el emblemático Estadio Centenario. Más allá del espectáculo futbolístico, los asistentes participaron en actividades de oración, espacios de evangelización y encuentros culturales que reforzaron el carácter pastoral del evento.
El obispo Carlos Arturo Quintero Gómez, de la Diócesis de Armenia, anfitriona del torneo, presidió la ceremonia de premiación y destacó que esta competencia no solo resalta el talento deportivo de los sacerdotes, sino que también fortalece la comunión eclesial y el testimonio de fe en medio de la sociedad.
Con esta edición, la Copa de la Fe reafirma su objetivo de unir a los sacerdotes en torno al deporte y la misión evangelizadora, consolidándose como un espacio que trasciende lo competitivo para convertirse en un signo de unidad y esperanza para la Iglesia y las comunidades participantes.