Durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas, el expresidente Donald Trump denunció que una escalera mecánica se detuvo repentinamente mientras él y la primera dama ascendían, lo que describió como un acto deliberado de “sabotaje”. El incidente se presentó justo antes de su discurso.
Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt exigió una investigación inmediata y afirmó que si el mecanismo fue detenido intencionalmente, los responsables “deben ser despedidos y enjuiciados”.
En una publicación en su plataforma oficial, Trump sostuvo que no solo la escalera falló, sino que también experimentó fallas con el teleprompter y el sistema de audio de la sala de la Asamblea, describiendo los tres eventos como “sinistros” y culpando a personal del organismo.
Sin embargo, en respuesta pública, la ONU atribuyó el paro de la escalera a la activación accidental de un mecanismo de seguridad cuando un videógrafo de la delegación estadounidense caminaba de espaldas filmando el momento. Ese sistema está diseñado para prevenir que objetos o personas sean atrapados en la parte superior.
Respecto al teleprompter, un funcionario de la ONU aclaró que ese dispositivo era operado por el equipo de Trump y no por la organización.
Ante la controversia, Trump aseguró que el Servicio Secreto de EE. UU. ya investiga el episodio, incluyendo la supuesta manipulación del sistema eléctrico del auditorio para impedir que su discurso fuera escuchado directamente.