Nicolás Maduro se juramentó este viernes 10 de enero como presidente de Venezuela para un tercer mandato en medio de fuertes cuestionamientos nacionales e internacionales sobre la legitimidad de las elecciones celebradas el pasado 28 de julio de 2024.
En una ceremonia realizada en el icónico Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, Maduro juró “hacer cumplir todos los mandatos de la Constitución y las leyes de la República” y prometió un período de “paz, prosperidad, igualdad y nueva democracia”. Con la mano derecha sobre la Constitución venezolana, expresó: “Lo juro por la historia, lo juro por mi vida”.
La investidura, presidida por Jorge Rodríguez, titular de la Asamblea Nacional controlada por el oficialismo, ocurre en un ambiente marcado por acusaciones de fraude electoral. La oposición sostiene que el candidato Edmundo González obtuvo casi el 70% de los votos, basándose en el 80% de las actas de escrutinio publicadas por la alianza antichavista. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE), dominado por el gobierno, declaró a Maduro ganador con el 52% de los votos, sin presentar los comprobantes electorales.
Tensiones políticas en aumento
El acto de juramentación tuvo lugar un día después de la detención y posterior liberación de María Corina Machado, líder opositora, quien había convocado protestas a nivel nacional en rechazo a la toma de posesión. Este episodio intensificó la tensión en el país, donde miles de venezolanos tomaron las calles para denunciar lo que consideran un fraude electoral orquestado por el oficialismo.
“La democracia en Venezuela está en juego. No reconoceremos este mandato ilegítimo”, declaró Machado tras ser liberada.
Invitados internacionales y aislamiento regional
La ceremonia contó con la presencia de los presidentes de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega, respectivamente, quienes se mantienen como aliados clave del gobierno de Maduro. No obstante, la mayoría de los líderes latinoamericanos, incluidos antiguos aliados como Gustavo Petro (Colombia) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), optaron por no asistir en rechazo a los resultados electorales.
Este aislamiento refleja el creciente deterioro de las relaciones de Venezuela con los países de la región, muchos de los cuales han reconocido a Edmundo González como presidente electo.
Promesas de Maduro en un contexto incierto
Durante su discurso, Maduro reiteró su compromiso con la estabilidad del país, destacando: “He sentido mucha emoción al recibir esta banda presidencial. Este mandato será para construir la nueva Venezuela que nuestro pueblo merece”.
Sin embargo, las críticas por la opacidad en los comicios y las denuncias de represión contra la oposición dejan en el aire la promesa de un período de paz y prosperidad.
Mientras tanto, el pueblo venezolano permanece dividido, con un sector que respalda al oficialismo y otro que clama por un cambio profundo en la dirección política del país.