Por: Hernán Maldonado
Colombia y Venezuela firmaron un acuerdo para la creación de una “zona binacional” para promover la paz y el desarrollo. La noticia pasó casi desapercibida, pero no para los servicios de inteligencia estadounidenses.
Gustavo Petro, el mandamás colombiano ni siquiera se refirió a ello, mientras su colega venezolano, Nicolás Maduro, se ufanó alborozado.
El acuerdo fue firmado en Caracas por la ministra de comercio e industria de Colombia, Diana Morales, y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodriguez.
Contrariamente el silencioso Petro, el dictador Maduro dijo que el acuerdo busca generar “paz y desarrollo integral entre Colombia y Venezuela».
Aseguró que «los chinos, los indios, los rusos y los turcos» están «muy, pero muy interesados» en la zona binacional.
La periodista venezolana Nitu Pérez Osuna, sostiene que la zona pretende constituirse como una especie de “Gaza latinoamericana”.
La zona, según el acuerdo, comprenderá territorios de los estados venezolanos de Táchira y Zulia y los departamentos colombianos del Norte de Santander, César y la Goajira.
El “problema” es que esa pretendida “zona de paz y desarrollo”, ahora mismo no es tal, sino emporio de los sembradíos de coca, del tráfico de cocaína y donde andan, como “Pedro por su casa”, los narcoguerrilleros de las FARC, la Marquetalia, ELN, colombianos, y del Ejército de Liberación Nacional venezolano.
Obvio que esto no lo va a permitir el gobierno de Donald Trump que ha prometido una guerra total contra el narcotráfico, inclusive fuera de sus fronteras.
El anunció habría sido la gota de agua que rebasó el vaso y esa la razón por la que esta misma semana Trump elevó de 25 a 50 millones de dólares por información que lleve a la captura de Maduro, acusado de ser el jefe del “Cartel de los soles”, grupo militar venezolano al que se acusa de dedicarse al narcotráfico a gran escala.
Petro se ha solidarizado con Maduro afirmando que «cualquier acción militar de EE.UU. contra Venezuela será considerada como una agresión contra Latinoamérica y el Caribe…»
Amanecerá y veremos.
