El presidente Gustavo Petro se pronunció a través de X (antes Twitter) tras la publicación en El País de una serie de audios reportados por el periodista Juan Diego Quesada. En su mensaje, Petro afirma que ha sido “víctima de la injuria del señor Leyva” y que respondió a esos señalamientos motivado por lo que considera “un acto de venganza bárbaro, canalla”, de alguien que “simplemente había ayudado de corazón”. Esta defensa marca un giro en su estilo comunicativo: directo, emocional y cargado de reproches a sectores que considera elitistas.
El mandatario recordó sanciones aplicadas en la Cancillería por casos vinculados a Thomas y Gregg, así como su decisión de impedir que el hijo de Leyva ocupara cargos diplomáticos “como si la democracia fuera hereditaria”. Petro sostiene que lo que el excanciller Leyva considera un agravio nace de su rechazo a prácticas oscuras en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Atribuye al nombramiento de Laura Sarabia y Armando Benedetti un sentimiento de odio por parte de Leyva, que habría reaccionado con acusaciones sin sustento.
En su mensaje, Petro va más allá: calibra su crítica contra lo que califica como “la oligarquía”, a la que culpa de ejercer la doble moral, ver el Estado como patrimonio familiar y mancillar la educación pública mientras acumulan riquezas privadas. Evoca episodios históricos de represión contra líderes indígenas y negros, recordando un pasado de traición y violencia institucional. Así, articula un relato de enfrentamiento entre un establecimiento tradicional y un proyecto político que busca transformar la nación.
En defensa de su trayectoria personal, Petro explica que designó a Leyva como canciller por considerarlo merecedor, por su experiencia en procesos de paz, aunque hoy reconoce que pudo haberse equivocado respecto a sus intenciones. Señala su decepción al descubrir supuestas irregularidades en la licitación de los pasaportes, aseguró haberle ordenado detener el proceso y atribuye a Leyva responsabilidad en presuntas irregularidades que afectaron su carrera pública.
El presidente completa su intervención con un relato de su reciente visita a Chile, donde menciona que el hijo de Leyva participó en una comida tras un acto en La Moneda, lo cual generó malestar. Petro también revela un escape emocional hacia Isla Negra, impulsado por su pasión por Pablo Neruda y las librerías de Valparaíso, describiendo su búsqueda de inspiración fuera del ruido político.