EE. UU. reafirma solidez histórica con Colombia pese a diferencias con Gustavo Petro

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Estados Unidos aseguró que la relación con Colombia tiene raíces profundas que no se verán socavadas por tensiones políticas recientes. En declaraciones oficiales al sistema mediático colombiano, representantes del Departamento de Estado subrayaron que los cambios de liderazgo no equivalen a un cambio estructural en los lazos entre ambas naciones.

De acuerdo con las fuentes estadounidenses, “Estados Unidos y Colombia tienen una relación de más de dos siglos, ha sido amistosa. Reconocemos que, en democracia, líderes van a venir, quizás tengamos mejor relación con otros líderes. El presidente Petro no es igual que el país que lidera”. Añadieron que las preocupaciones actuales “no tendrán consecuencias negativas” y remarcaron que las instituciones con las que han trabajado por décadas “no se destruyen de la noche a la mañana”.

El anuncio ocurre en un contexto diplomático tensionado, marcado por decisiones recientes de Washington que afectan la cooperación bilateral, particularmente en materia de narcotráfico. En septiembre de 2025, el gobierno de EE. UU. incluyó a Colombia en la lista de países que “han fallado” en la lucha contra las drogas, pero otorgó una exención para que siga la cooperación en ese ámbito.

Expertos en política exterior recuerdan que la relación entre los dos países ha transitado por periodos de cooperación intensiva —como el Plan Colombia— y episodios de confrontación simbólica. En esta coyuntura, el mensaje del Departamento de Estado parece estar dirigido a minimizar el impacto del conflicto diplomático y apuntalar la continuidad de colaboraciones claves.

Aunque Washington reafirma su respaldo institucional, el matiz político es evidente: el lenguaje empleado —destacando que “el presidente no es igual al país”— sugiere que la administración estadounidense aborda con precaución las diferencias con la actual conducción colombiana.

Este gesto diplomático buscaría preservar la estabilidad de agendas compartidas con alto impacto: seguridad, control de fronteras, intercambio migratorio y cooperación en prevención del crimen transnacional. El mensaje oficial, además, podría tener la intención de calmar temores internos en Colombia sobre posibles represalias o cortes abruptos en ayudas estratégicas.

En suma, a pesar de los desencuentros con el gobierno de Gustavo Petro, EE. UU. apuesta por garantizar que el “vínculo histórico” con Colombia prevalezca por encima de coyunturas políticas. En los próximos meses se verá si esa postura se traduce en políticas estables o en pausas tácticas en áreas clave del trabajo conjunto.

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