Daniel Quintero y su estrategia de explosión controlada: ¿para qué se prepara?

TotusNoticias

Por: Aldrin García – Director Totus Noticias

Dicen que cuando el río suena… es porque alguien ya encendió la mecha, jejeje.
Y en la política colombiana, si hay un experto en prender fuego para luego señalar el humo, ese es Daniel Quintero. El exalcalde de Medellín y hoy aspirante del Pacto Histórico volvió al ruedo con lo que parece ser su especialidad: convertirse en víctima justo cuando los problemas empiezan a tocar la puerta.

En redes sociales, Quintero denunció que Federico Gutiérrez, su eterno rival político, (al que menciona casi en todos sus trinos) habría destinado un millón de dólares para acabar con su campaña. Según él, ese dinero se usaría para pagar montajes, fake news y ataques coordinados para destruir su imagen.

Hasta ahí, todo parece el guion perfecto de un thriller político: el líder perseguido, el sistema corrupto, la mafia mediática… Pero lo curioso es que cada vez que Quintero siente el agua al cuello, aparece una nueva historia de conspiración.
Y la pregunta inevitable es: ¿no será que el verdadero enemigo está más cerca de su propio espejo?

Por si fuera poco, en otro video Quintero apareció con tono desafiante, diciendo:

“Guerra a muerte para todos los traidores de la patria.”

Acompañó sus palabras con una bandera negra y roja, muy simbólica, muy revolucionaria… y muy peligrosa en pleno puente de Boyacá. Porque cuando un político empieza a hablar en clave de guerra, el debate deja de ser político y se vuelve emocional, incluso violento.

La periodista Vicky Dávila se sintió aludida y lo denunció públicamente, calificando su discurso de agresivo y amenazante. Quintero respondió con más mensajes, más drama y más victimismo.
Y así, el show sigue: él habla de “traidores”, sus opositores de “amenazas”, y el ciudadano común termina viendo la pelea como una novela, con buenos y malos cambiando de papel cada capítulo.

Mientras todo esto pasa en redes, en los estrados las cosas se mueven más despacio… pero se mueven.
La Fiscalía ya lo llamó a juicio por presuntas irregularidades en el caso Aguas Vivas, donde se investiga la manipulación de contratos y el favorecimiento de ciertos proyectos urbanísticos.
No es un meme, ni una persecución de Twitter: son procesos judiciales reales, con expedientes, firmas y testigos.

Y como si fuera poco, varios exfuncionarios de su administración también están bajo investigación. Es decir, la “guerra” que Quintero denuncia afuera tiene una versión más silenciosa adentro: la de los papeles, los fiscales y los jueces.

Todo indica que Quintero no improvisa: está ejecutando su propia “explosión controlada”.
Es decir, crea una tormenta mediática antes de que llegue la tormenta judicial. Hace ruido, se victimiza, genera empatía, y mientras tanto prepara el terreno por si las cosas se complican.
Porque si lo acusan después, ya tendrá la historia lista: “todo fue un montaje”. ¿Hablara del tema que lo persigue, de los famosos y silenciosos acosos en su campaña a la alcaldía?

Pero esa jugada tiene un riesgo: las explosiones mal calculadas terminan en implosiones. Y en este caso, el peligro no está en que lo ataquen desde afuera, sino en que sus propios actos —sus decisiones, sus alianzas, sus contratos— terminen explotando desde adentro.

A fin de cuentas, en política la verdad siempre encuentra la forma de salir, aunque sea entre los escombros del discurso.

Y ahora las preguntas que muchos se hacen: ¿Qué será lo que realmente se le viene a Daniel Quintero? —y esta no es otra explosión mediática, sino ¿la implosión controlada de su propio proyecto político?.

Comparte este artículo