En el sur de Bogotá, una escena insólita pero cargada de humor ha captado la atención de miles de internautas: un perro callejero, apodado por los vecinos como ‘Firulais’ o el ‘roba carne’, protagonizó un peculiar robo que terminó haciéndose viral en redes sociales. La víctima fue una mujer que salía de una carnicería con un kilo de carne en su bolsa, el cual fue hábilmente sustraído por el can en cuestión de segundos.
El hecho fue registrado en video por un grupo de jóvenes que observaban a Firulais desde el momento en que merodeaba la carnicería. “Mire, va detrás de la señora y le va a quitar el kilo de carne que lleva”, se escucha decir a uno de ellos, anticipando con risa lo que estaba por suceder. El animal, con sorprendente sigilo, esperó el momento oportuno, se abalanzó sobre la bolsa y escapó a toda velocidad, dejando atónitos —y sin almuerzo— a la mujer y su acompañante.
A pesar del intento por recuperar el alimento, Firulais logró huir con su botín. El video muestra la escena completa: el seguimiento, el robo y la fuga, todo mientras los testigos no pueden contener la risa. Para quienes viven en la zona, no se trata de un hecho aislado. Según comentan, Firulais es un visitante frecuente de los alrededores de la carnicería y ya ha ejecutado varios “golpes” similares, consolidando su fama en el vecindario.
En redes sociales, la publicación desató una avalancha de comentarios cargados de humor y ternura. Usuarios aplaudieron la astucia del can y lo compararon con un ladrón profesional, incluso insinuando que parecía “entrenado”. Otros mostraron empatía con la mujer afectada, aunque sin dejar de encontrar gracia en la situación. “Por fortuna, nadie resultó herido, salvo el bolsillo de la señora”, escribió un usuario. Otro comentó con ironía: “Yo no vi nada. Creo y afirmo que Firulais es inocente”.
Firulais, más que un perro callejero, se ha convertido en una celebridad barrial y ahora digital. Su fama crece con cada visualización del video, y ya son muchos los que comparten memes y mensajes en su honor. Algunos incluso han propuesto adoptarlo o llevarle alimento, como forma de premiar su creatividad y evitar que siga recurriendo a sus “travesuras” delictivas.
Aunque la situación pone sobre la mesa la presencia de animales en situación de calle y la necesidad de protegerlos, también deja en evidencia cómo el ingenio y el humor de los ciudadanos transforma un incidente cotidiano en un fenómeno viral. Firulais, con su cara de ángel y patas veloces, ha conquistado a un país entero y demostrado que incluso en medio de la rutina urbana hay espacio para una sonrisa.
La historia de este particular “robo” se suma a las anécdotas cotidianas que retratan la vida en los barrios de Bogotá, donde la convivencia con animales, el humor popular y la solidaridad se entrelazan en historias que, aunque simples, logran tocar fibras colectivas. Al final del día, más allá del kilo de carne perdido, quedó un relato que muchos no olvidarán y que sigue recorriendo las redes con velocidad… casi tanta como la de Firulais.