ALERTA SOBRE LA ESCASEZ DE AGUA EN EL OCCIDENTE ANTIOQUEÑO

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Por: Mons. Ignacio Gómez Aristizábal – Obispo Emérito Santa Fe de Antioquia

La escasez de agua es la falta o acceso insuficiente a las fuentes de agua para suplir las necesidades humanas, animales y vegetativas, causadas por factores como el cambio climático, la contaminación, el crecimiento poblacional y la mala gestión de los recursos hídricos.

El Occidente antioqueño es de por sí una región escasa en aguas y ahora nos vienen ciertos factores de orden regional y mundial que reduce el abastecimiento de agua en nuestra región. Entre los factores regionales está la minería, que desde el año 2.009 viene incrementándose cada día más y más con su consiguiente reducción del caudal de las aguas, la contaminación con el uso del mercurio, la deforestación para la explotación de la minería, y para ampliación de los terrenos para la agricultura y la ganadería. En los hechos de orden mundial está el cambio climático, con sus prolongadas sequías, que afecta la vida en sus diversas manifestaciones vegetal, animal y humana.

SENSIBILIDAD DE LA IGLESIA. Como Obispo Emérito de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia y colaborador del muy apreciado Señor Arzobispo Monseñor Hugo Alberto Torres Marín, quiero ser eco del llamado angustioso del papa Francisco en su Carta Encíclica ‘Laudato Sí’ (mayo de 2015) que nos habla del “cuidado de la casa común”, la cual nos dice en el N° 29: “Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son frecuentes enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por micro organismos y por sustancias químicas. La diarrea y el cólera que se relacionan con servicios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento, de mortalidad infantil”; y en N° 30: “El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas y, por lo tanto, es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarle el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres”.

Por otra parte, en la Curia Romana el Papa tiene una organización denominada “Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral”, que ha entregado al mundo un importantísimo documento denominado “El Agua Fuente de vida” (20 de marzo 2020). De esa entrega luminosísima y actual, tomamos las siguientes expresiones: N° 29 “El agua es vital para todas las formas de vida”. N° 15b “El agua incide en la posibilidad de que toda la familia humana pueda lograr el bien común y los objetivos de desarrollo del bien común”. “El agua parece ser uno de los elementos que impactan con más fuerza el desarrollo integral humano”. “Asegurar la disponibilidad del agua para todos, considerada como un bien primario”. N° 15 “La Iglesia expresa su preocupación por el lento progreso con respecto a la realización del derecho humano universal al agua potable y al saneamiento”.

PARA EVITAR UNA CATÁSTROFE. En el Occidente antioqueño, que es muy escaso en aguas, se están presentando unos fenómenos que bien puede convertirlo en un desierto con el consiguiente hecho de un pueblo que abandona su región. En este aspecto vamos caminando con los ojos cerrados, sin saber exactamente a qué situaciones podemos llegar y en cuánto tiempo, sin la conciencia total de las acciones que podemos evitar y de las que debemos realizar con mayor intensidad para que nuestros actuales caudales de agua no disminuyan, sino que por el contrario se incrementen, inclusive para irrigar los cultivos vegetales principalmente en los tiempos de sequía.

Los médicos para formular acertadamente a sus pacientes, exigen una radiografía que les permita ver con acierto las dimensiones precisas de la enfermedad. De manera similar, el Occidente antioqueño necesita un estudio sociológico que nos dé una radiografía clara y precisa sobre la situación actual de las aguas, las acciones que deben evitarse y las que deben promoverse para garantizar un buen flujo de agua. Los Señores Alcaldes son los más llamados a través de sus Delegados a buscar el contacto con alguna Universidad y sufragar los gastos requeridos.

Hoy como nunca, el Occidente antioqueño tiene los recursos para una promoción cultural, técnica y económica de todos sus habitantes, como son las Universidades, Instituciones técnicas, las Empresas mineras, la Carretera al mar y Puerto Colombia. Son logros de las dos primeras décadas del siglo XXI. No dejemos morir el Occidente antioqueño por falta de agua.

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