Frisby España volvió a encender el debate con los consumidores colombianos al anunciar en redes sociales la incorporación al menú de una malteada de Chocorramo, que combina trozos del emblemático ponqué colombiano con helado y saborizante. El producto se oferta a 3,90 euros, equivalente a aproximadamente 17.800 pesos colombianos. En su presentación en Instagram, la compañía describió la bebida con la frase: “Ese pastelito que todos llevábamos en la lonchera… ahora en shake”.
La publicación causó una oleada de críticas, con usuarios colombianos señalando que el uso del nombre “Chocorramo” representaba una burla cultural o una apropiación indebida. En respuesta, Frisby España aclaró que el término se emplea únicamente de forma descriptiva para señalar los ingredientes y que no pretendía un uso comercial de la marca Ramo. Por su parte, Ramo, la empresa fabricante de Chocorramo, negó cualquier vínculo comercial con la iniciativa y aclaró que divulgará alianzas o lanzamientos solo por sus canales oficiales. Hasta el momento, Ramo no ha interpuesto una demanda pública por el uso del nombre, pero en los comentarios al tema ya se especula con posibles acciones legales.
El caso de la malteada llega en medio de un litigio en curso entre Frisby Colombia, reconocida cadena de pollo frito con más de 270 locales en el país, y Frisby España SL, que opera de forma independiente en Europa. En 2024, Frisby España solicitó la nulidad del registro europeo de la marca Frisby, argumentando que la empresa colombiana no la había utilizado efectivamente en la Unión Europea durante más de cinco años. En mayo de 2025, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea emitió un fallo favorable a la compañía española, concediéndole el derecho exclusivo para operar bajo la marca Frisby en Europa, siempre que Frisby Colombia no presente pruebas positivas de uso dentro del plazo otorgado. A Frisby Colombia se le dio un plazo máximo de dos meses para demostrar uso activo en Europa, de lo contrario perderá esos derechos marcarios.
Frisby Colombia ha mantenido que la empresa europea se habría apropiado de su identidad visual, marca, mascota y reputación sin autorización. Frisby España, por su parte, sostiene que actuó legalmente y que nunca buscó engañar a los consumidores respecto a su independencia. Además del litigio por la marca, Frisby España ha anunciado que interpondrá una nueva demanda contra Frisby Colombia, debido a lo que califica como “amenazas y hostigamientos” contra su representante legal Charles Dupont, incluidos mensajes intimidatorios y divulgación de datos privados.
El uso del nombre Chocorramo, marca registrada en Colombia, podría abrir una ruta de reclamación por infracción de derechos marcarios o competencia desleal si Ramo decide actuar legalmente. El hecho de incorporar trozos reales del producto agrava las percepciones sobre una posible apropiación comercial del patrimonio cultural. El episodio también tiene carga simbólica significativa: representa, para muchos colombianos, una disputa por el respeto a los bienes culturales y de identidad frente a iniciativas que podrían considerarse como formas de colonización de marca.
Para Frisby Colombia, esta controversia también podría fortalecer su narrativa de defensa nacionalista frente a los intentos de apropiación, más allá del plano estrictamente jurídico. Pero su éxito dependerá de su capacidad de demostrar uso efectivo de la marca en Europa, así como de emprender acciones legales bien fundamentadas. El panorama continúa en evolución. La decisión final sobre la validez del registro europeo, posibles acciones legales entre las empresas y la reacción tanto del público como de los órganos reguladores serán determinantes en cómo se definirá el precedente para marcas latinoamericanas ante disputas internacionales.