El Centro Democrático oficializó este lunes a la senadora Paloma Valencia Laserna como su candidata única a la Presidencia de la República para las elecciones de 2026. El anuncio, realizado por la dirección nacional del partido, marca el cierre de un competitivo mecanismo de selección interna en el que Valencia se impuso sobre sus copartidarias María Fernanda Cabal y Paola Holguín, consolidándose como la carta principal de la oposición para disputar la Casa de Nariño.
La decisión fue comunicada por Gabriel Vallejo, director de la colectividad, quien confirmó que la legisladora caucana obtuvo el mayor respaldo en las encuestas ponderadas contratadas para definir el aval. Este resultado respalda la estrategia del uribismo de apostar por una figura que combina rigurosidad técnica con un discurso firme de seguridad y autoridad, elementos que el partido considera claves para recuperar el rumbo del país tras el actual mandato de Gustavo Petro.
En sus primeras declaraciones tras la designación, Valencia hizo un llamado a la cohesión de las fuerzas de derecha y centro-derecha, advirtiendo que la unidad será el único camino para garantizar una victoria en las urnas. La candidata agradeció a la militancia y a sus compañeras de contienda, invitándolas a formar un frente común que permita estructurar una propuesta de gobierno sólida, enfocada en la reactivación económica, la reducción del gasto estatal y el combate frontal a la criminalidad.
El proceso de elección, que mantuvo en vilo a la opinión pública durante semanas, se resolvió mediante un sistema de auditoría que blindó los resultados de las firmas encuestadoras. Con este nombramiento, el Centro Democrático despeja las dudas sobre su liderazgo y se prepara para las consultas interpartidistas de marzo, donde Valencia buscará ampliar su base electoral más allá de las fronteras del partido, apelando a sectores independientes y empresariales desencantados con la actual administración.
Analistas políticos coinciden en que la elección de Valencia representa un giro hacia una candidatura de opinión y debate programático. Su trayectoria en el Senado, caracterizada por un control político agudo y propuestas legislativas en temas agrarios y judiciales, será la plataforma desde la cual intentará conectar con un electorado que demanda soluciones concretas a la crisis de orden público y la incertidumbre económica que atraviesa la nación.
