Nicolás Maduro vuelve a decretar el inicio anticipado de la Navidad en Venezuela en medio de tensiones con EE. UU.

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decretó este lunes que las festividades navideñas comenzarán de manera oficial el 1 de octubre, una medida que se presenta en plena escalada de tensión con Estados Unidos. La decisión fue anunciada durante su programa semanal Con Maduro +, transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión.

El mandatario justificó el adelanto como parte de una estrategia para estimular la economía, dinamizar el comercio y fomentar la cultura y la alegría del pueblo venezolano. Según Maduro, la medida busca “defender el derecho a la felicidad” en un año que consideró “bueno, bonito y de avance en todas las áreas”.

Esta no es la primera vez que Maduro recurre a esta medida: ya aplicó una estrategia similar en septiembre de 2024, durante una profunda crisis política posterior a unas elecciones cuestionadas por la oposición, y en años anteriores con el objetivo de generar un ambiente festivo a pesar de la adversidad.

El contexto de esta decisión se agrava por el aumento de la presión militar estadounidense en aguas del Caribe cerca de Venezuela. El gobierno chavista interpreta esta presencia como una amenaza directa, mientras Washington sostiene que sus operaciones buscan reforzar la lucha antinarcóticos. En agosto pasado, EE. UU. elevó la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, en el marco de acusaciones graves vinculadas al narcoterrorismo.

Desde la óptica de Caracas, adelantar la Navidad es un mecanismo para preservar la moral colectiva y la identidad cultural, frente a lo que considera una ofensiva externa. Maduro enfatizó: “A Venezuela nadie la va a humillar… ninguna generación de venezolanos se humillará al imperio gringo. Jamás. Ni hoy ni nunca”.

La política de anticipar la temporada navideña ha sido repetida en al menos tres ocasiones en los últimos años, especialmente para reforzar la percepción de normalidad y control frente a crisis económicas, sociales o políticas.

El anuncio, además de estar cargado de simbolismo político, incluye un componente práctico: iluminación anticipada, música tradicional como gaitas y villancicos, y un impulso directo al comercio popular, que en otras ocasiones se acompañó con distribución de alimentos o regalos en comunidades vulnerables.

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