Por: Aldrin García Balvin – Director Totus Noticias
Un simple café en 2010 cambió el rumbo de mi vida. Yo era un joven diseñador gráfico, exreligioso lleno de sueños y muchas historias por contar, y ella, una mujer decidida que soñaba con transformar su ciudad desde la política. Así conocí a Lina García Gañán «La Prima», pues desde que nos conocimos así nos tratamos, pues llevamos el mismo apellido, y quien por aquel entonces se preparaba para aspirar al Concejo de Medellín por el Partido de la U. En esa conversación entendí que la política, bien entendida, no es poder, sino servicio; y que la pasión por Medellín puede encender vocaciones que duran toda una vida.
Lina me enseñó a mirar la ciudad con otros ojos. Caminamos barrios, compartimos con familias, y descubrí en ella una líder que no necesitaba discursos para convencer: su serenidad, su capacidad de escuchar y su forma de conectar con la gente hablaban por sí solas. Desde entonces comprendí que su fortaleza no estaba solo en la política, sino en su profundo amor por Medellín y su compromiso por construir oportunidades reales para quienes menos tienen.
En 2011 se lanzó por primera vez al Concejo de Medellín. No logró la curul, nos faltaron pocos votos para llegar al umbral, pero su tenacidad nunca se quebró. Volvió a trabajar, a prepararse y a seguir cerca de la comunidad. Años después, llego su momento, y en 2019, los ciudadanos reconocieron su entrega con 9.425 votos, una cifra que no solo representaba apoyo político, sino la confianza de miles de personas que habían visto su coherencia y cercanía en el territorio.
Lina es Abogada y especialista en Derecho Constitucional, conoce el lenguaje de las leyes, pero también conoce el lenguaje de la calle. Su paso por la Empresa de Vivienda de Antioquia marcó su sello como gestora pública comprometida con la vivienda digna y el bienestar social. Mientras otros hablan de desarrollo desde la distancia, Lina lo impulsa desde el corazón de los barrios, donde el progreso se mide en rostros agradecidos y hogares reconstruidos.
En su vida pública y personal, Lina refleja constancia, respeto y una ética intachable. Es una mujer que combina firmeza con empatía, que escucha con atención y actúa con convicción. Su entorno familiar es su mayor motor: hemana amorosa, hija agradecida y amiga leal. Es de esas mujeres que inspiran porque no buscan figurar, sino servir; porque entienden que el poder es un medio, no un fin.
Hoy, Lina García Gañán da un paso más que merecido: aspira a representar a Antioquia en la Cámara de Representantes. Lo hace en fórmula con el senador Juan Felipe Lemos Uribe, con quien tuve el honor de trabajar varios años, Juan es un líder con experiencia con quien Lina comparte una visión de país centrada en la gente, la educación, la vivienda y la transparencia. Juntos encarnan una propuesta equilibrada entre renovación y experiencia, entre sensibilidad social y capacidad de gestión.
Quienes la conocemos sabemos que Lina no improvisa. Cada decisión suya nace del estudio, del diálogo y del amor genuino por su tierra, por su gente. Su proyecto político no es un salto al vacío, sino el resultado de años de trabajo, lucha, servicio, formación y compromiso. En un tiempo donde la política parece perder su sentido humano, Lina lo recupera con su ejemplo: el de una mujer que cree, que trabaja y que transforma desde el corazón.
Por eso, hoy puedo decir con orgullo que Lina García Gañán, mi «Prima», no solo fue la persona que me acercó a la política, sino también la que me enseñó a creer en ella. En su historia hay coherencia, propósito y esperanza. Y en su camino, la certeza de que Antioquia necesita más voces como la suya: firmes, transparentes y profundamente humanas.


			
			
		
		
		










		
		
		
		
		
		
		