El Gobierno de Colombia presentó este lunes 1 de septiembre de 2025 ante el Congreso la nueva reforma tributaria, también denominada Ley de Financiamiento, que busca recaudar 26,3 billones de pesos para financiar parcialmente el Presupuesto General de la Nación de 2026. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó en el acto que la iniciativa se radicó formalmente y se tramitará junto con el proyecto de presupuesto.
En su presentación, Ávila enfatizó que el proyecto busca garantizar la estabilidad fiscal de mediano plazo, más allá de cubrir el faltante presupuestal de 2026. Además, descartó tajantemente que se vaya a gravar con IVA los alimentos de la canasta familiar, insistiendo en proteger a los hogares de menores y medianos ingresos frente a posibles especulaciones.
La reforma plantea un enfoque progresivo en materia tributaria, aumentando la carga sobre quienes poseen mayores ingresos y patrimonio. Entre las medidas incluidas se encuentran ajustes en renta y patrimonio, ampliación del IVA a sectores antes exentos, y fortalecimiento de tributos “verdes” y saludables. En concreto, el IVA del 19 % se aplicaría a sectores como juegos de azar, plataformas digitales, iglesias, licor, tabaco, combustibles y servicios como parqueaderos o administración de oficinas.
Se destaca que los combustibles (gasolina y ACPM) tendrán un IVA del 10 % en 2026–2027, que luego subirá a tarifa general de 19 %. También se contempla un impuesto especial a la extracción de hidrocarburos y carbón, y gravámenes adicionales a entidades financieras, con un impuesto al 50 % en ciertos casos.
El contexto político y fiscal es complejo: la reforma se radica en un año preelectoral, con un Congreso dividido, lo que complica su aprobación. En junio, el Gobierno suspendió la regla fiscal histórica y elevó la meta de déficit para 2025 al 7,1 % del PIB, así como planeó un 6,2 % para 2026; esto motivó rebajas de calificación crediticia por parte de S&P y Moody’s.
Finalmente, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) advirtió que para cumplir con la meta de déficit, se necesitaría un ajuste fiscal cercano a 45,4 billones de pesos, cifra muy superior al recaudo proyectado por la reforma.