Álvaro Uribe pide unidad opositora y advierte posibles riesgos militares para Colombia en entrevista con Caracol Radio

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El expresidente Álvaro Uribe Vélez reapareció este 4 de diciembre en los micrófonos de 6AM Hoy por Hoy de Caracol Radio, tras un largo periodo sin conceder entrevistas al programa, para lanzar un doble mensaje: un llamado a la “unidad para ganar” entre los sectores críticos del gobierno de Gustavo Petro y una advertencia sobre los riesgos de una eventual escalada militar de Estados Unidos en la región, que —según dijo— podría alcanzar a Colombia si se mantiene la alianza del presidente colombiano con Nicolás Maduro y el llamado cartel de los soles.

Uribe explicó que el Centro Democrático (CD) radicará ante la Registraduría su intención de participar en una consulta en marzo de 2026 para escoger candidato presidencial, y que cualquier aspirante podrá desistir antes del 6 o 7 de febrero del próximo año. Ratificó que, por ahora, el partido avanza con tres precandidatas: las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín, a quienes elogió por su “labor sólida, estudiosa, firme y ejemplar de oposición” en el Congreso.

Más allá del proceso interno, el exmandatario insistió en la necesidad de un acuerdo amplio que trascienda al CD y articule una coalición que vaya “del doctor Abelardo de la Espriella al doctor Sergio Fajardo”, un espectro que abarca desde el uribismo más duro hasta sectores de centro que han mantenido distancia del expresidente. También mencionó conversaciones con Juan Carlos Pinzón e Ingrid Betancourt, aunque recordó que los tiempos formales del partido para adherir a la consulta interna se cerraron en diciembre.

Consultado por la salida de Miguel Uribe Londoño de la contienda interna, Uribe evitó confrontarlo directamente. Dijo que se trata de “uno de los mejores líderes políticos” que ha conocido y aseguró que se remite al comunicado del partido y a un pronunciamiento “muy detallado” del propio Abelardo de la Espriella. Subrayó que su decisión sobre el exministro “no tiene sesgo personal” y que responde a su responsabilidad con un partido que definió como “serio” y no “de momento”.

En materia de visión de país, Uribe volvió a contraponer su proyecto con el del gobierno Petro y del senador Iván Cepeda. Afirmó que el bloque oficialista impulsa un modelo “procubano, procomunista y estatizador” que, en su criterio, termina empobreciendo a quienes dice defender. Como contraste, defendió los resultados de su administración (2002–2010) en seguridad y reducción de la pobreza, y recordó cifras como el aumento de beneficiarios del régimen subsidiado de salud de 10,7 a 21 millones de personas, la expansión del SENA de 1,15 a 8 millones de aprendices al año y la ampliación de Familias en Acción de 200.000 a 2,8 millones de hogares.

Sobre seguridad y narcotráfico, el exmandatario reiteró que “dato mata relato” y citó informes de Naciones Unidas para sostener que, en el último año de su gobierno, unas 150 toneladas de cocaína habrían llegado al mercado, frente a 1.815 toneladas en la medición más reciente que atribuye a la gestión de Petro. También aseguró que durante su administración las masacres bajaron de 112 a 10 casos anuales y que el secuestro se redujo de cerca de 3.000 casos a 120, mientras que hoy, según su lectura, los homicidios y el reclutamiento de menores están en aumento. Esas cifras forman parte de su argumentación política; los datos internacionales sí registran un fuerte repunte de cultivos de coca en Colombia tras el proceso de paz con las FARC, pasando de niveles cercanos a 48.000 hectáreas en 2012 a más de 140.000 en 2016, según informes de Naciones Unidas.

Uribe fue particularmente duro al hablar de la estrategia de “paz total” y de los acercamientos del gobierno Petro con grupos armados ilegales. Afirmó que el presidente ofreció ventajas a organizaciones criminales y que estas “se obligaron a votar por él”, y denunció que en muchos municipios se estaría presionando con armas a la población para apoyar al senador Iván Cepeda, a quien identifica como el principal continuador del proyecto oficialista para 2026. El expresidente no presentó pruebas nuevas en la entrevista, pero sus acusaciones se dan en un contexto de fuerte presencia de disidencias y grupos residuales en zonas rurales, en medio de la implementación de la política de paz total del gobierno.

En la conversación también abordó la reciente condena de su hermano Santiago Uribe Vélez por el caso del grupo paramilitar “Los 12 Apóstoles”. El Tribunal Superior de Antioquia revocó en segunda instancia una absolución previa y lo sentenció a 28 años y 4 meses de prisión por homicidio agravado, concierto para delinquir y crímenes de lesa humanidad, señalándolo como líder de una estructura de “limpieza social” que operó en Yarumal, Antioquia, en los años noventa.

Uribe dijo sentir “un profundo dolor” por la decisión, defendió la trayectoria personal de su hermano y sostuvo que nunca se probó la existencia del grupo ni la financiación de paramilitares desde la finca La Carolina, propiedad de su familia. Cuestionó testimonios clave del proceso y criticó al senador Iván Cepeda, a quien acusó de “acomodarse” en la Comisión de Derechos Humanos para impulsar lo que califica como “fechorías” amparadas en ese discurso. Mientras tanto, la defensa de Santiago Uribe ya interpuso impugnación ante la Corte Suprema de Justicia, en un litigio que sigue teniendo impacto político a pocos meses del arranque formal de la campaña presidencial de 2026.

La entrevista se produjo en medio de un momento de alta tensión regional por la ofensiva antidrogas de Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump ha ordenado cierres del espacio aéreo sobre Venezuela, ha desplegado la Operación Southern Spear —una campaña militar con bombardeos a supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico— y ha llegado a advertir que “cualquier país” vinculado a la producción o tránsito de drogas, incluida Colombia, “está sujeto a ataques”.

En ese contexto, Uribe cuestionó el memorando de entendimiento que creó la “zona binacional” entre Colombia y Venezuela, firmado en 2025 por los gobiernos de Petro y Maduro, y el anuncio de envío de tropas colombianas a esa franja de cooperación. A su juicio, esa política expone a los soldados colombianos a ser considerados “blanco legítimo” por Estados Unidos en caso de una escalada militar, y pidió que un futuro gobierno retire a Colombia de ese acuerdo y reconstruya una relación estratégica con Washington e Israel, sin romper con el pueblo palestino.

Uribe afirmó que Maduro “debió salir por tarde en julio del año pasado”, cuando el Centro Carter certificó la victoria de Edmundo González en unas elecciones venezolanas que la oposición califica de desconocidas por el régimen. Sostuvo que hoy Maduro es un “usurpador” y llamó a los organismos internacionales y a las fuerzas armadas venezolanas a hacer respetar la voluntad popular. Sin pronunciarse de forma explícita a favor de una incursión armada de Estados Unidos, señaló que los pasos dados por Trump “parecen lógicos” y centró su crítica en lo que considera una “provocación” del gobierno Petro al alinearse con la “narcodictadura” venezolana.

La conversación también dejó claro que el expresidente descarta, por ahora, una reconciliación política con Juan Manuel Santos. Uribe sostuvo que el exmandatario “hizo todo lo contrario” a la plataforma con la que fue elegido y lo responsabilizó, junto con Cepeda, de una “concatenación de eventos” que habrían fortalecido el poder de grupos criminales, incluido el incremento de los cultivos de coca tras los acuerdos de paz de La Habana. El aumento de esas siembras ilícitas en los últimos años de Santos está documentado por informes internacionales; sin embargo, el debate sobre las causas y los efectos del proceso de paz sigue abierto entre analistas y actores políticos.

En el plano interno, Uribe fue interrogado sobre su propio futuro político. Recordó que, tras ser inicialmente condenado a 12 años de prisión por fraude procesal y soborno en el llamado “Caso Uribe”, un tribunal de segunda instancia revocó la sentencia en octubre de 2025, aunque la decisión será revisada por la Corte Suprema. Señaló que hoy se ve “en la boca del infierno, en el puesto 25”, en alusión a que aceptó ir en un lugar bajo en la lista del CD para no concentrar todos los votos en su nombre, pero no descartó seguir impulsando tesis y promoviendo jóvenes dentro de su partido.

Hacia el final de la entrevista, el expresidente elevó el tono al lanzar una pregunta directa al senador Iván Cepeda y al gobierno: insinuó que podrían estar “buscando presos en las cárceles” para que acusen a Abelardo de la Espriella, hoy una de las figuras mejor posicionadas en las encuestas dentro del electorado de oposición. El propio De la Espriella respondió horas después, al inscribir 4,8 millones de firmas ante la Registraduría, que ese sería —a su juicio— el “modus operandi” de Cepeda, acusación que el senador ha negado en otras ocasiones.

La aparición de Uribe en Caracol Radio, en plena escalada verbal entre Petro y Trump y a pocos meses de que se definan las reglas de juego para la campaña de 2026, confirma que el exmandatario sigue siendo uno de los principales articuladores del bloque opositor. Sus mensajes sobre unidad, seguridad, justicia y geopolítica se insertan en un tablero marcado tanto por decisiones judiciales recientes contra su entorno familiar como por una creciente incertidumbre sobre el rumbo económico, la implementación de la paz total y la relación de Colombia con Estados Unidos y Venezuela.

Entrevista Completa:

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