LINA MARIA FLOR DE UN DIA

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Por: Federico Senior

Desconocida, y de pronto y sin previo aviso, y al unísono, los medios, las redes, los tirios y los troyanos no escatimaron verbo “valiente”, “clara”, “categórica”, adjetivos calificativos le sobraron, “que peinada la de Lina María a Petro”, no se entiende tal revuelo, tal coro de alabanzas, su intervención fue tan solo el recuento de las verdades sobre el desarrollo de la gestión del ejecutivo, es decir, en pocas palabras, todo es un desastre, así que no hay un valor relevante en lo expuesto por nuestra protagonista, ya lo sabíamos, no amerita esfuerzo alguno, hablar mal del presidente, solo basta con oírle decir sus sandeces, para tener argumentos de sobra para despotricar de él, así que no es que haya habido una intervención reveladora, deslumbrante, que le abriera los ojos al mundo, nada, solo lo de siempre, dicho por alguien que no es de los de siempre, hubo igual opiniones de las del otro tipo, claro, porque tampoco le faltaron los ataques, le dijeron hasta del mal del que se iba a morir, y todo en un día en el que lo esperable era lo acostumbrado, la instalación de las sesiones anuales del Congreso, el latoso, cacofónico, oblongo y absurdo discurso del Señor Presidente, a renglón seguido, los de los consuetudinarios lagartos, honorables congresistas, unos con las acres diatribas en contra del gobierno y, otros con los insufribles sermones haciendo alarde de lenguaje “inclusivo”, de retórica marxista, de ambientalismo, y todo ese anacrónico discurso a lo Fidel, bien, pero hasta ahí todo estaba dentro de la expectativa, nos imaginábamos en el escenario a la Pizarro por la siniestra y a la Valencia por la diestra, cada una con su propia gritería, lo que nunca supusimos, era que íbamos a tropezarnos con este nuevo personaje, venido de la Colombia profunda, de la patria sufrida, de la tierra de los elenos, a espetarnos semejante invectiva, confesiones, acusaciones, ataques, confrontaciones, retos,  verdades evidentes, y tras bambalinas, verdades ocultas, oscuras y ocultas.

Todo lo dicho por la Congresista, fue cierto, todo salvo un pequeño detalle, algo que, en mi parecer, es común a la inmensa mayoría de los honorables parlamentarios, y es el verdadero motivo por el que hizo y dijo, lo que hizo y dijo.

En primera instancia y es de ahí de donde se concluye que la verdad es más sombría que la (verdad) que pueda desprenderse de su ataque, estuvo en la confesión “Yo vote por Petro”, a guisa de contexto recordemos que es Doña Lina, militante de Cambio Radical, tal vez el grupo más anti Petrista de la jauría política, entonces, como así que una militante, adepta a Vargas Lleras, pueda haberse “volteado” de semejante manera, dice mucho, y dice mal de lo que ella es, se que aquí saltaran sus defensores, pero a mí que no vengan con historias, esa posición solo denota el talante, la costumbre y la clase, de lo que son la mayoría de parlamentarios en nuestro país.

No puedo asegurar que Doña Lina sea una corrupta, para nada, hasta hace setenta y dos horas, ni siquiera sabía que existía, pero su puesta en escena en el Elíptico, lo dice todo. En mi parecer y al parecer, nuestra congresista no ha conseguido nada del gobierno, no ha habido para ella contrato alguno, podría resumirse, leyendo, no entre líneas, sino muy a las claras, que lo que dijo la Señora Garrido y haciendo buena lectura de lo por ella dicho, fue “Yo, que lo apoye a pesar de mi partido, no recibí nada de Usted y por eso estoy furiosa, no supo usted aprovechar mi traición”, esa es mi interpretación, ¿equivocada?, de pronto, pero sí que podría aplicarse a la gran mayoría de los que están en la oposición, ahí no lo dudo, la verdad me asiste.

Es algo que todos sabemos, es algo de lo que llevamos oyendo hace más de medio siglo, el Congreso es un antro de corrupción, no hay bien más transable, que un voto de congresista, su llegada ahí, obedece tan solo a la necesidad de echar mano del tesoro público, todo es dinero, todo, invierten ingentes sumas en campaña, si llegan, tienen que “recuperar” lo invertido y guardar para la próxima, amen de lo que debe quedarle a cada uno, su propio tesoro, que nada tiene que ver con su salario, éste para ellos, es solo una ridícula suma para las crispetas, porque lo verdadero esta en lo que puedan robarse, así, así es, y que nadie se rasgue las vestiduras ahora, así es y al parecer así seguirá siendo, que tristeza.

El bien común, solo es secundario cuando algo de importancia tiene, el negocio es lo único relevante, por tanto, a cada uno le toca ver como consiguen su tajada, y lo hacen como sea, la línea ética, es una raya que, para ellos, está por allá al lado del circulo polar ártico, eso no los afecta, así que de lo que se trata entonces es de conseguir lo más, en el menor tiempo posible.

Por supuesto que las excepciones existen, escasas, pero existen, los bien intencionados, los hay, claro, pocos, pero los hay, así que los que quieran denostar de mis palabras, auto inclúyanse más bien en esa pequeña lista de impolutos y ahórrense los agravios.

Así pues, Doña Lina, que el lunes fue la “vedette”, la llevaron a los mas encumbrados altares de la Patria, la postularon hasta para la presidencia, la tildaron de intrépida guerrera, de heroína, los periodistas enseguida exigiendo que la Unidad de Protección le asignara un pletórico esquema de seguridad, al parecer por fin se había encontrado la verdadera interlocución del pueblo ante las instancias mas elevadas de la República, hoy solo nos queda el recuerdo, y el amargo sabor, de que de lo que se trató, fue tan solo de un airado reclamo, “me negrearon”.

Doña Lina, mis respetos, como Dama todas mis reverencias, como congresista, permítame seguir caminando por el terreno del escepticismo, en verdad verdad, no le creo.

Fue usted en este bello jardín llamado Colombia, tan solo una “Flor de un día”.

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