Por: Gabriel Zapata Correa
¿Dónde está el presidente Petro? Haciendo política y campaña a su consulta, amedrentando al Congreso y echándole sus seguidores encima para presionar desde ya el ambiente a favor de su propuesta populista.
Contrasta este activismo populista del mandatario con su ausencia total frente a los problemas que está viviendo el país. Pueblos y cuidades enteras se están ahogando por el invierno, pero el mandatario o el dictador como lo denominan ya en muchas partes, no se da por enterado.
Como se robaron la plata de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, entre los altos mandos de su mismo gobierno, en complicidad con los expresidentes del Senado, Iván Name y de la Cámara, Andrés Calle, no hay un peso para atender las necesidades de la gente, agobiada por las emergencias invernales.
Se robaron la plata con la que se estaría auxiliando a las decenas de miles de personas damnificadas, pero en lugar del presidente hacer escuchar su voz solidaria, salió en defensa del expresidente del Congreso, hoy nuevo huésped de la cárcel La Picota.
El alcalde de Medellín, Fico Gutiérrez, reveló que llamó personalmente al director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, para expresarle los graves problemas que está sufriendo Antioquia y la ciudad por la ola invernal, y que el hombre le contestó que no tiene un peso y que el Ministerio de Hacienda no le ha girado un centavo. Comentó el mandatario de la ciudad, que el funcionario le dijo que no espere recursos porque no llegarán.
Petro, supuestamente pregonero defensor de la vida y de los derechos de los más vulnerables, no ha pronunciado una sola palabra para lamentar las muertes y desapariciones de muchas personas en diferentes zonas del país y tampoco ha hecho el esfuerzo para hacer presencia en esos lugares.
Los colombianos y las gentes de bien suponemos que un mandatario, quien se autoproclama progresista y defensor de la vida, está por encima del bien y del mal y muestra su capacidad para superar los odios y prejuicios y sed de venganza que hasta ahora lo superan y dominan.
El alcalde de Medellín llamó a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, pero del gobierno nacional no se ha recibido un guiño de solidaridad, ni una palabra de aliento para alcaldes que no tienen recursos para auxiliar a sus pobladores, como el caso de Alder Cruz, de Sabaneta, donde murieron cinco personas y hay varias desaparecidas. Allí la solidaridad de las gentes de buen corazón ha superado con creces la indiferencia del gobierno de Petro, quien, por el odio que le tiene a Antioquia y Medellín, pareciera más bien que se soslayara con la tragedia que estamos sufriendo.
Petro no tiene imaginación para inventarse una palabra que le llegue a la gente en estos momentos tan difíciles, pero le sobra para inventarse complots y planes criminales dizque para tumbarlo de su presidencia, al mejor estilo de su venerado Hugo Chávez y de su admirado Nicolás Maduro. Y como no le importa jugar con la dignidad y el buen nombre de las personas de bien, acaba de arrastrar en sus macabras maquinaciones al presidente de la Andi, Bruce Mac Master, poniendo en riesgo no solo su integridad y hasta su vida, sino la de su familia.
Petro carece de la entereza y de la grandeza de un mandatario para tratar a la gente con respeto, porque le gustan más los HP, como ya lo hizo con el presidente del Congreso, Efraín Cepeda y utilizando un lenguaje de alcantarilla se refiere a quienes no están de acuerdo con su gobierno populista o no aceptan su cadena de mentiras con las cuales quiere convencer a sus opositores. what
Es el mismo método de enfrentar los problemas del país, como lo hizo, por ejemplo, con la escasez de medicamentos. Petro y su ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se lavaron las manos tratando de ladronas y estafadoras a las EPS, y listo. Y nunca solucionaron nada.
¿Y qué ha pasado con el desorden público, producto de su equivocado concepto de la Paz Total? Nada. Salió a interpretar a su amaño las cifras de la violencia en Colombia, para hacernos creer que vivimos en Dinamarca y no en Cundinamarca. Petro no dice una sola palabra sobre el control que hacen las bandas de traquetos criminales en 237 municipios de 29 departamentos del país, principalmente Antioquia, Cauca, Nariño, Putumayo, Norte de Santander, Caquetá y Valle del Cauca. Y tampoco del ELN. ¿O por qué no ha dicho una palabra del secuestro del niño Liam José González en Jamundí? ¿Por qué ese silencio tan sospechoso?
El presidente no está… No está gobernando. El país anda al garete sin esperanzas de que pase pronto esa negra noche y sin esperanzas de salir del abismo en que nos metió el dictadorzuelo que se cree el salvador del mundo, pero no aparece donde el pueblo lo necesita.