Tomás Uribe manifestó su apoyo a Paloma Valencia y califica a Iván Cepeda como heredero de las Farc

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Un nuevo y encendido enfrentamiento político ha tomado lugar en las plataformas digitales, protagonizado por figuras centrales de la oposición y el oficialismo en Colombia. En las últimas horas, Tomás Uribe Moreno ha intervenido públicamente para respaldar a la senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático, Paloma Valencia, en medio de una disputa con el senador Iván Cepeda. El hijo del expresidente Álvaro Uribe Vélez no solo manifestó su apoyo a la congresista, sino que lanzó fuertes calificativos contra Cepeda, elevando la temperatura del debate nacional de cara a las próximas contiendas electorales.

La controversia se originó tras un intercambio de mensajes en los que Paloma Valencia cuestionó la postura política de Iván Cepeda. La senadora utilizó términos contundentes para descalificar la estrategia de su contraparte, tildándola de «machi-progre», un neologismo utilizado para criticar lo que ella considera una actitud machista disfrazada de progresismo. Valencia fue más allá en sus declaraciones y vinculó a Cepeda con grupos armados ilegales, instándolo a intervenir ante figuras de las disidencias. Según la congresista, existen órdenes directas por parte de alias ‘Santrich’ y alias ‘Calarcá’ para atentar contra su integridad, una acusación que añade gravedad al enfrentamiento verbal.

Ante este escenario, Tomás Uribe reaccionó a través de su cuenta en la red social X, citando las declaraciones de Valencia para ofrecerle su respaldo irrestricto. En su mensaje, Uribe Moreno aseguró que la senadora tiene la capacidad política y electoral para derrotar a Iván Cepeda en las urnas. Su intervención buscó consolidar la imagen de Valencia como una de las figuras más fuertes de la derecha colombiana, capaz de hacer frente a los liderazgos del Pacto Histórico y sus aliados en el escenario legislativo y electoral.

Sin embargo, el punto más álgido de la declaración de Tomás Uribe fue la caracterización que hizo del senador de izquierda. Uribe Moreno calificó a Iván Cepeda como el «heredero de las Farc, Santos y Petro», trazando una línea directa entre el congresista y tres actores que, desde la perspectiva del uribismo, representan los mayores adversarios del modelo de estado que defienden. Esta afirmación busca agrupar bajo una misma etiqueta a la extinta guerrilla, al gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y a la actual administración de Gustavo Petro, señalando a Cepeda como el continuador de esas políticas.

Este cruce de declaraciones refleja la polarización que persiste en la política colombiana, donde las redes sociales se han convertido en el principal escenario de confrontación. Las acusaciones de Valencia sobre su seguridad y la presunta injerencia de líderes disidentes en la política nacional ponen de relieve la preocupación constante por la violencia política en el país. Por su parte, la intervención de Tomás Uribe refuerza su rol como una voz influyente dentro del Centro Democrático, a pesar de no ocupar un cargo de elección popular, marcando la línea discursiva del partido frente a sus opositores.

El episodio deja en evidencia las estrategias narrativas que se están configurando para el futuro inmediato. Mientras el sector liderado por Valencia y respaldado por los Uribe se enfoca en la seguridad democrática y la crítica al proceso de paz y al actual gobierno, figuras como Cepeda continúan siendo el blanco de señalamientos que los vinculan con el pasado conflicto armado. La mención de figuras como ‘Santrich’ y ‘Calarcá’ en el discurso público mantiene vigente el debate sobre la implementación de los acuerdos de paz y la legitimidad de los actores políticos surgidos o relacionados con dichos procesos.

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