“Te fuiste… pero no te has ido”

TotusNoticias

Por: Aldrin García Balvin – Director Totus Noticias

Hoy, 10 de junio… se cumplen cuatro años desde que mi papá se fue. Cuatro años desde que su voz se apagó… Pero el eco de su risa, de sus silencios y hasta de sus regaños… todavía vive dentro de mí. Y aunque el tiempo avanza, el dolor no se va. No. No es cierto que el tiempo lo cura todo. A veces solo lo disimula. Porque, en el fondo, todavía duele… como el primer día.

Recuerdo como si fuera hoy el momento en el que me senté a escribir unas palabras para despedirte, papá. No sabía qué decir, ni cómo. Solo sabía que me dolías… entero. Elegiste irte un 10 de junio de 2021. Y aunque ya habías sufrido mucho, aunque ya te habías rendido un poco, no fue fácil verte partir. No fue fácil dejarte ir. Y no lo ha sido desde entonces.

Tu enfermedad fue injusta. Te quitó parte de ti, pero no logró quitarte lo más importante: tu esencia. Tu amor por la vida. Tu cariño a los niños que transportabas con tanto orgullo. Tu forma de mostrar el amor, aunque no siempre con palabras. Tus bromas malas —esas que te hacían reír antes de llegar al final—, tus manías, tu generosidad sencilla.

Nunca fuiste perfecto. Y yo tampoco. Pero qué orgullo me daba ver cómo hablaban de ti… cómo te querían. Cómo me decías con orgullo: “Ese es mi hijo”.

Papá, no fui ajeno a tus luchas. Yo también me rompí por dentro muchas veces viéndote así. Me dolía no poder hacer más. Me dolía ver que te apagabas… y que yo no podía encenderte otra vez. Pero también me quedo con todo lo que sembraste. Me enseñaste a no rendirme. A levantarme aunque me duela. A caminar con la frente en alto… incluso si llevo el alma hecha pedazos.

Y hoy sé que no estás solo. Hoy estás con la abuela… esa viejita que tanto adoraste y que también partió hace dos años. Están juntos. Seguro riendo, peleando por tonterías, como siempre, pero cuidándome desde arriba. Yo lo sé. Y por eso, aunque duela, agradezco. Agradezco el tiempo, los recuerdos, los silencios y las palabras. Agradezco que fuiste mi papá. Con tus luces… y también con tus sombras. Porque de todo aprendí.

Hoy te hablo desde el corazón, como no siempre lo hice en vida. Hoy te extraño. Hoy lloro. Hoy te celebro. Hoy te abrazo con la memoria. Gracias por tu vida, por tu lucha, por lo que fuiste. Gracias por sembrarte en mí.

Y si puedes escucharme allá donde estás… solo quiero que sepas esto:

Te fuiste, papá… pero no te has ido.
Sigues en mí.
En mi voz.
En mis pasos.
En mi fe.
Y en el amor que aún me empuja, aunque a veces me faltes tanto.

Comparte este artículo