El Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, estaría evaluando el lanzamiento de ataques militares selectivos contra cárteles de la droga en territorio mexicano, según reportes de la cadena NBC News y confirmaciones de otros medios internacionales como Reuters, Newsweek y The Guardian. La propuesta implicaría una operación sin precedentes en América Latina desde la “guerra contra el narcotráfico” iniciada en los años 80.
De acuerdo con NBC, altos mandos militares estadounidenses y asesores de la Casa Blanca discuten actualmente el alcance y las condiciones de la misión, que incluiría el despliegue de tropas y agentes de inteligencia con entrenamiento especializado. Aunque no existe una decisión final ni fecha de inicio, fuentes del Departamento de Defensa confirmaron que ya se han realizado fases preliminares de preparación y simulacros.
La estrategia formaría parte de una expansión de la actual operación antidrogas de EE. UU. en el Caribe y el Pacífico, donde fuerzas norteamericanas han destruido embarcaciones y laboratorios clandestinos vinculados a redes de narcotráfico de Venezuela, Colombia y México. El plan contempla el uso de drones armados para desmantelar laboratorios y atacar a cabecillas de los cárteles, con la presencia de operadores en tierra para garantizar precisión y control operativo.
Las tropas movilizadas pertenecerían al Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC), un cuerpo de élite responsable de operaciones encubiertas fuera del marco militar tradicional, amparadas bajo el Título 50 del Código de Estados Unidos. Esta normativa permite que dichas acciones se desarrollen bajo la autoridad de la comunidad de inteligencia, con la posible participación de la CIA, que coordinaría inteligencia en tiempo real desde bases regionales.
Un alto funcionario estadounidense, citado por NBC, aseguró que “el Gobierno de Trump está comprometido con utilizar un enfoque integral para abordar las amenazas que representan los cárteles para los ciudadanos estadounidenses”. En febrero pasado, la administración designó formalmente a varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, ampliando el marco legal para acciones de carácter militar o de inteligencia.
Sin embargo, tanto el Pentágono como el Departamento de Estado han advertido que dicha designación no implica una autorización automática para realizar bombardeos o incursiones militares dentro de México. Fuentes del Departamento de Defensa citadas por Associated Press explicaron que cualquier acción requeriría aprobación del Congreso y coordinación diplomática con el gobierno mexicano.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha sido enfática en rechazar cualquier posibilidad de intervención extranjera. En declaraciones recogidas por The Guardian, la mandataria sostuvo que “no existe riesgo de invasión militar de Estados Unidos” y reiteró que su gobierno mantiene una cooperación bilateral en seguridad “basada en el respeto a la soberanía nacional”.
Analistas del Atlantic Council advierten que una operación militar directa en México podría tener consecuencias geopolíticas graves, deteriorar la cooperación bilateral y poner en riesgo la estabilidad regional. El informe del centro de estudios subraya que, aunque los cárteles suponen una amenaza real, una acción armada extranjera “sería políticamente insostenible y jurídicamente cuestionable”.
La iniciativa se enmarca en la intensificación de la crisis del fentanilo en Estados Unidos, droga que, según la DEA, provoca más de 100 000 muertes anuales por sobredosis. Washington sostiene que los principales insumos químicos provienen de Asia y son procesados por cárteles mexicanos, especialmente el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación.
Hasta el momento, no hay evidencia de movimientos de tropas en la frontera ni confirmación oficial del inicio de operaciones. La Casa Blanca ha señalado que “todas las opciones están sobre la mesa”, mientras se mantienen los debates internos entre la seguridad nacional, el respeto a la soberanía mexicana y la presión política interna para actuar con mayor contundencia contra el narcotráfico transnacional.














