Por: Federico Senior
Y aunque ya quedan pocos, todavía hay alguno por ahí que se aterra de las estupideces de nuestro presidente, lo que no sabemos es si son estas (las estupideces), genuinas, o pensadas y expuestas a propósito, en el primero de los casos estaríamos comprobando su nivel mental, quien dice estupideces, pues no es ningún genio, si se trata de lo segundo, evidencia que su estrategia es la de generar controversias, cortinas de humo, conflictos, peleas, de manera constante, igual sabe que mientras más estrafalario e hilarante sea lo que hace o dice, más eco logra y por ende más tiempo consigue mantener a la opinión pública hablando casi que exclusivamente de su última sandez y obvio, de él.
Le importa un chorizo si lo que cosechan sus “X´s”, o consejos de ministros, o alocuciones, o discursos ya en Puerto rebelde, Times Square o el recinto de la Asamblea de la ONU, son insultos, o halagos, su cometido repito, es mantenerse en boca de todo el mundo, tarea ésta que allanan con redundancia, todos los medios, es el pan nuestro de cada día (me incluyo, pero es que es inevitable).
El asunto y lo grave para Petro, es que parece desconocer el fenómeno de la saturación, como en el cuento del pastorcito mentiroso, ya nadie le cree, sus discos rayados con sus eternos temas, infundados todos, por supuesto, golpes de estado, intentos de asesinarlo, persecución política, traiciones, robos a sus espaldas de los amigos por él nombrados, lo que le han producido a la postre es un efecto negativo, estamos hartos de tanta pelotudez, nada de lo que ha pregonado se ha vuelto realidad, y ya van mas de tres años, todo con la intención de victimizarse, de así poder culpar a los demás del categórico descalabro de su gobierno, el epílogo de todo, es que el lobo sí se le apareció, con los colmillos afilados, prestos a devorarle sus pretensiones, a derrotarle a él (como siempre lo ha pretendido) o a su testaferro en las urnas, desterrándolo de manera definitiva de la arena política, al final, solo le quedaran de seguidores, sus embrutecidos y pusilánimes incondicionales, que esos bien sabemos, no tienen remedio.
El culmen del desvarío, lo ha llevado al ápice de lo grotesco, lo visto ayer en Nueva York, con megáfono en mano, pidiendo a los soldados norteamericanos que incumplan las ordenes de Trump, su jefe supremo, no produce sino asco y tristeza, ver al exiguo hombrecito, al que se le notan los malos implantes de cabello y el cuello estirado por la cirugía, vociferando como loca esquizofrénica, nos mantiene en la duda, ¿es genuino?, o ¿es un libreto?, de todas maneras, sea cual fuere el origen, por fortuna para Colombia, para nuestra gente, para nuestro pueblo, el logro con todo esa patraña, ha sido lo mas beneficioso para sus enemigos; nadie se lo toma en serio, prueba de ello, es el carácter de la desertificación del gobierno americano, de muy clara y tajante manera, quien fue descertificado fue Gustavo Petro, el resto de la nación, recibió un reconfortante espaldarazo, que nos va a permitir estar tranquilos, en el medio del fragor de la dura batalla que libramos, para conseguir que el poder llegue a las manos de la decencia y la cordura, no solo promocionando al candidato que muestre que puede vencerlo (y ojalá en la primera vuelta), sino preparándonos teniendo desde ya los ojos bien abiertos, para evitar que al verse perdidos (como ya lo están viendo) se roben las elecciones.
Petro, te volviste un can que ladra mucho y no muerde nada, no sabes como agradecemos que hayas ejecutado tan deplorable gestión, ni te imaginas cuanto celebramos cada una de tus paparruchadas propias solo de los menguados mentales, conseguiste muy a tu pesar, un logro perverso, tu ego, tu colosal ego, te cegó tanto, que creíste que podías hacer y decir lo que se te diera la gana, y que con ellos conseguirías aumentar el tamaño de tu jauría, pero repito, solo lograste exactamente lo contrario.
Apreciado presidente, le recuerdo ese dicho popular que dice “Petro que ladra, no muerde”, perdón *Perro, fue como dijo su ex ministra Yesenia “fue un error de dedo de mi parte”
P.D: Por favor, avísenos para cuando tiene programada su prometida partida hacia Palestina comandando esos ejércitos de la humanidad con los que quiere derrotar al ejército de Israel, para prepararle la despedida de héroe que se merece usted, y le confieso de corazón que mis deseos son que regrese a Colombia, vivo, sin heridas, porque estoy seguro, que como buen cobarde, no se pondrá usted en primera línea, ni borracho y el único riesgo que correrá será el de hacer como siempre, un enorme ridículo.
