Por: Mons. Ignacio Gómez Aristizábal – Obispo emérito de Santa Fe de Antioquia
Dotar de tierra a los campesinos sin tierra del Occidente antioqueño es un deber de justicia. La acción de las autoridades civiles municipales es imprescindible.
Uno de los problemas graves que tiene la población colombiana —y la del mundo entero— es el desconocimiento de la excelsa dignidad de la persona humana, por parte de quienes no acatan la ley natural y, mucho menos, la ley cristiana.
La ley natural, que está inscrita por el Creador en todos los corazones humanos y que se formula en términos positivos, dice: “Hacer a los demás lo que le gusta que le hagan a uno”; y en términos negativos: “No hacer a nadie lo que no le gusta que le hagan a uno”.
¡Cuántas personas hay que no les gusta que los asesinen, y asesinan!
No les gusta que les roben, y roban.
No les gusta que les mientan, y mienten.
No les gusta que los calumnien, y calumnian.
Quienes incumplen la ley natural, ¡cuán lejos están de acatar la sapientísima sabiduría que viene de lo alto! La ley del amor universal que nos enseñó Jesucristo nos exhorta a amar a la humanidad siguiendo su estilo: “Quiéranse los unos a los otros, como yo los he querido”.
Estas dos leyes —la natural y la cristiana— nos impulsan a trabajar para que ningún campesino carezca de su pedazo de tierra fecunda y laborable, cuyos frutos alimenten y sostengan una vida digna para él y su familia.
Sobre este particular, el Papa Francisco, en su inolvidable carta encíclica sobre el medio ambiente denominada Laudato Si’, nos dice:
“Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie, ni privilegiar a ninguno”. (N° 93)
Y en el N°. 94 afirma:
“Todo campesino tiene derecho a poseer un lote racional de tierra donde pueda establecer su hogar, trabajar para la subsistencia de su familia y tener seguridad existencial. Este derecho debe ser garantizado para que su ejercicio no sea ilusorio sino real. Lo cual significa que, además del título de propiedad, el campesino debe contar con medios de educación técnica, créditos, seguros y comercialización”.
Sugerencias respetuosas
- La Federación de Municipios del Occidente Antioqueño (AMO) es el organismo más llamado a liderar la causa de dotación de tierra a los campesinos que no la tienen.
- AMO podría constituir un organismo de gestión que genere realizaciones en favor del bien común de la población del Occidente. Una de ellas sería la dotación de tierra a los campesinos que carecen de ella.
- Estudiar las posibilidades existentes de dotación de tierra, especialmente en las zonas entre los municipios de Frontino y Urrao, teniendo en cuenta las exigencias de una sana ecología.
- Para efectos de financiación, se deben presentar estudios técnicos a los organismos del Departamento de Antioquia y de la Nación.
- Estar atentos a todas las diligencias requeridas hasta lograr la dotación e implementación efectiva de esta operación solidaria y transformadora.